El Juzgado de Instrucción N.º 2 de Sueca ha acordado sobreseer y archivar la causa que se seguía contra el exconcejal de Compromís en Cullera Marc Joan Corihuela respecto a los incidentes que desembocaron en la quema de banderas españolas durante un concierto del festival Espiga Rock de Sueca celebrado el 31 de agosto de 2018. El atestado elaborado por agentes de la Guardia Civil identificaba al edil entre los asistentes que provocaron el altercado. Sin embargo, el juez instructor y el Ministerio Fiscal coinciden con los argumentos esgrimidos por la defensa para concluir que no hay indicios suficientes para involucrar a Joan en los hechos. La polémica generada por la acusación forzó la destitución como edil del afectado y su abandono de la política.

Tras una instrucción de año y medio no ha quedado acreditada la participación de Marc Juan Corihuela ni para atribuirle un delito de desórdenes públicos ni tampoco de ultraje a la bandera. No se han encontrado pruebas irrefutables ni motivos para poder acusarlo con una mínima consistencia. Ante esta situación, según han confirmado fuentes judiciales consultadas por este periódico, no habrá juicio contra Marc Joan Corihuela que queda totalmente libre de cualquier acusación

El entorno del exedil ha lamentado la «escasa verosimilitud» del atestado instruido en su día por agentes de la Guardia Civil de Sueca y de la Policía Local de Sueca, dado que, quedar involucrado en los incidentes obligó a Marc Joan Corihuela a abandonar su cargo de regidor municipal. El propio afectado, hoy convertido en líder agrario de la Unió de Llauradors, se ha reafirmado en su inocencia y ha reprochado los «malos momentos personales» que ha tenido que pasar «por unas acusaciones tan inconsistentes que hasta el Ministerio Fiscal ha decidido no abrir juicio oral contra mi persona».

«No me siento identificado»

Marc Joan añade: «Como ya afirmé en su momento, nada tuve ver con dichos altercados. Ahora la fiscalía ha decidido darme la razón. No ha habido ni pruebas ni indicios suficientes que puedan incriminarme en dichos altercados. Aun así tengo que hacer una lectura negativa, ya que he tenido que esperar un año y medio a que la justicia decidiese mi absolución. Por todo ello no puedo más que sentirme una víctima del sistema judicial, ya que durante este tiempo he sido señalado por mucha gente teniendo que aguantar muchas presiones e incluso impidiéndome presentarme a las elecciones municipales. Espero que la gente que no ha hecho uso de mi presunción de inocencia tenga ahora la dignidad de pedir disculpas públicamente».

Asimismo, el exconcejal ha querido desmarcarse de los hechos que se le imputaban: «No me siento identificado con los hechos de los que se me acusaba. Hay que respetar todos los símbolos porque, en algún momento y de alguna forma, todos ellos representan a una parte de la sociedad».