El joven Héctor Melero Martí siempre ha estado muy vinculado a su Cullera natal a pesar de tener que residir ahora en Valladolid. Su hazaña ha sorprendido a toda España al convertirse en el primer ciego que logra ganar una oposición a juez o fiscal. La noticia también ha conmovido a la ciudad turística de la Ribera Baixa, a la que viaja a menudo y donde se le recuerda con mucho afecto y se le elogia por el reto conseguido.

Héctor regresa con su familia a Cullera cada vez que tiene ocasión. Un fin de semana libre o cualquier festividad son buenos motivos para acercarse a la costa. «Ha labrado grandes amistades vinculadas especialmente a la comisión fallera de La Taüt, a la que está unido desde que nació», detalla su madre, Vicenta Martí. En la falla suele pasar ratos de ocio «y le encanta sentirse uno más».

También suele visitar con sus amigos la Sociedad Musical Instructiva Santa Cecilia, de donde ha sido siempre músico su padre. Héctor se considera «una persona muy apreciada por la sociedad civil cullerense». Es una persona que se ha hecho de querer, sobre todo gracias a la vinculación del joven Héctor con diferentes entidades locales, y «no ha dudado ni un momento en participar de forma activa en todas aquellas sociedades de las que forma parte».

Su madre, le define como «una persona constante y luchadora que nunca ha visto obstáculos por ninguna parte; más bien al contrario: se ha rehecho con fuerza de cualquier golpe que ha podido recibir y se ha levantado mucho más fuerte». Los últimos cinco años los ha dedicado en cuerpo y alma a su gran pasión: la Magistratura. Ahora ya forma parte de ella.