El Ayuntamiento de Carlet ha alertado a la población de una presunta estafa relacionada con la vacuna contra la Covid-19 a cargo de individuos que, equipados con equipos de protección individual (EPIs), se personan en domicilios y ofrecen a los residentes -al parecer personas mayores- la posibilidad de inocularles una dosis de la vacuna que les protegerá del coronavirus. El consistorio se hizo eco de esta práctica en las redes sociales alertado por el centro de salud de la localidad que, según explicó ayer la alcaldesa de Carlet, Maria Josep Ortega, el viernes recibió la llamada de dos pacientes que preguntaban por este ofrecimiento de la vacuna al considerarlo irregular.

«La policía no tiene constancia ni ha visto a nadie con un equipo de protección individual que pudiera realizar ese ofrecimiento, pero el centro de salud nos pidió ayuda para alertar de que ese no es el procedimiento que se sigue en la vacunación, de ninguna manera van a ir por las casas», incidió Ortega, mientras señalaba que las autoridades sanitarias establecen el orden en que se debe vacunar a los grupos de población y que el centro de salud es el que comunicará a cada persona cuándo le corresponde vacunarse.

Ortega instó a los vecinos a que «no se dejen engañar» por las personas que les ofrecen la vacuna a domicilio y, sobre todo, que no paguen por una vacuna que se suministra de forma gratuita ante la posibilidad de que también puedan solicitar dinero a cambio.

Se da la circunstancia de que hace escasamente un mes, a las puertas de la Navidad y de que empezaran a suministrarse las primeras vacunas a usuarios de residencias de mayores, la Policía Local de Guadassuar ya recurrió a las redes sociales para alertar -citando como fuente a la Guardia Civil de Carlet- de que se había detectado en algunos municipios una estafa cometida por individuos que iban por las casas y pedían dinero para suministrar la vacuna contra la Covid-19. Las fuerzas de seguridad ya alertaron de que la información que facilitaban estas personas era falsa y que sólo se debía considerar como fiable la información que emitieran los respectivos centros da salud. En el caso de la alerta lanzada el viernes por el Ayuntamiento de Carlet, se advierte de que eran dos las personas que, vestidas con EPIs, ofrecían por los domicilios la posibilidad de suministrar la vacuna.