El Ayuntamiento de Real ha arrendado para los próximo treinta años cinco parcelas de propiedad municipal que abarcan 33,11 hectaréas en el entorno de los antiguos vertederos para la instalación de una planta solar fotovoltaica a través de un contrato que, en conjunto, puede suponer unos ingresos de cerca de dos millones de euros para las arcas municipales.
La irrupción hace justo un año de diferentes empresas interesadas en conseguir terrenos, mediante compra o en régimen de alquiler, en los municipios del Marquesat y la Vall dels Alcalans para instalar plantas fotovoltaicas que puedan volcar la energía en la subestación de Catadau llevó al consistorio de Real a convocar un concurso público para obtener el máximo rendimiento a la operación. Frente a la multitud de propietarios con los que tenían que negociar las empresas en cualquier otro sector, dado el minifundismo que caracteriza la propiedad en la zona, tenía la posibilidad de ofrecer una extensión considerable de un terreno de secano baldío. «Parece la luna, allí no crecen ni las patatas», resume el alcalde de Real, Gerardo López, para subrayar la aridez de esta zona que, por contra, sin grandes desniveles se ajusta a las característa del suelo que buscan las empresas para la instalación de las placas solares.
El ayuntamiento sacó a concurso el pasado verano el arrendamiento de estas parcelas de naturaleza rústica con un presupuesto base de licitación de 1.300 euros por hectárea y año (sin IVA) -52.082 euros anuales, IVA incluido, por el conjunto del terreno municipal y 1.562.460 durante los 30 años de duración del contrato- y, pese a la efervescencia que apuntaba el mercado, únicamente concurrió una empresa que, finalmente, se ha adjudicado el contrato de alquiler. Se trata de la firma Pilcomayo Solar, SL, con sede en Ciudad Real que, al parecer, mantiene abiertas negociaciones con propietarios del entorno de estas parcelas con el objetivo de disponer de más suelo, si bien el alcalde dijo desconocer las características del proyecto que trata de poner en marcha.
Gerardo López sí señaló que la empresa ofreció una mejora de precio respecto del tipo de licitación inicial que, en base los datos publicados en la Plataforma de Contratación del Sector Público, se concretan en 1.700 euros por hectárea y año (2.075 con impuestos), lo que eleva a dos millones de euros el importe del contrato de alquiler, que contempla además la posibilidad de dos prórrogas de cinco años cada una.
Proximidad a Catadau
Los diferentes proyectos para montar plantas fotovoltaicas en las inmediaciones de la subestación de Catadau -los técnicos apuntaban que se podían ubicar a una distancia máxima de 15 kilómetros- provocaron que a principios del año pasado irrumpieran empresas que trataban de acaparar suelo en localidades como Real o Llombai, hasta el punto que en esta última el ayuntamiento llegó a convocar una asamblea para alertar a los vecinos de que algunos contratos que circulaban les dejaban atados de pies y manos.
El Ayuntamiento de Real, por su parte, aprovechó el interés de algunas empresas para ofertar una gran bolsa de suelo municipal en un concurso con el objetivo de que la competencia de las empresas contribuyera a elevar el precio. «Habían venido varias empresas, te daban el oro y el moro, y optamos por licitar el contratro de alquiler para que se lo adjudicara la mejor oferta», señaló el alcalde. Finalmente sólo hubo una firma interesada. «No sé por qué, pero una vez adjudicado el contrato han seguido viniendo las mismas empresas a pesar de que no presentaron ofertas», comentó López, que en base al testimonio de algunos vecinos indicó que detrás de algunas propuestas sólo había humo. «Me ha comentado que ya en la notaría la empresa no se ha presentado», indicó.
