La experiencia piloto de trituración de restos de poda impulsada por el Ayuntamiento de Alzira y la Cooperativa Alzicoop como alternativa a las quemas agrícolas en el entorno del paraje Murta-Casella ha duplicado ampliamente en el segundo año la superficie en la que han actuado las máquinas trituradoras al alcanzar en 2020 los 190.851 metros cuadrados frente a los 80.484 m2 del curso anterior, un repunte que los técnicos atribuyen al aumento de voluntarios, pero también a que las podas realizadas fueron más intensas tanto por los efectos del confinamiento, que atrasaron los trabajos hasta fechas en que ya no se podía quemar, como por los mejores resultados de la campaña de cítricos, que animaron a los agricultores a invertir más en sus explotaciones.

El ayuntamiento y Alzicoop han valorado positivamente los resultados de esta experiencia piloto que, durante dos años, ha ofrecido el servicio de trituración de forma gratuita en el entorno del Paraje Natural Municipal como alternativa a las quemas para eliminar en lo posible riesgos de incendios. El proyecto ha permitido analizar diferentes sistemas de trituración para determinar los valores óptimos de funcionamiento y, a su vez, adquirir la trituradora que se considera más adecuada para este trabajo.

Los técnicos consideran que, en las actuales condiciones del mercado de la astilla, el mejor sistema de valoración de los restos de poda triturados es aplicarlos en extensión sobre las mismas parcelas en que se han generado ya que buscar un uso fuera del campo no resulta viable económicamente por los costes de recogida y transporte. «En la actualidad no existe un mercado consolidado de la astilla que justifique estos gastos», expone el técnico municipal, que también ha analizado y descartado la posibilidad de utilizar el material triturado como biocombustible en forma de pellets dado que la humedad de la madera de naranjo reduce su potencia calorífica frente a otras especies forestales que ya se comercializan.

Valioso para el compostaje

No obstante, el informe sobre el balance del plan piloto señala como otra opción de futuro la utilización de la astilla como elemento estructurante del proceso de compostaje de la fracción orgánica de los residuos urbanos. «Las características propias del triturado le confieren unas propiedades idóneas para reducir el contenido de humedad de la materia orgánica en el proceso de compostaje y, por tanto, puede llegar a convertirse en un producto valioso para los gestores de residuos», expone.

No obstante, el técnico indica que la aplicación y generalización de este uso dependerá del desarrollo del marco legislativo en materia de residuos. «Será una buena oportunidad para cambiar el concepto de la astilla de residuo a subproducto, pudiéndose crear un mercado estable que permita obtener al agricultor una renta complementaria derivada de su venta», apunta el técnico.