El ruido supera en Alzira los límites máximos establecidos en la ordenanza municipal aprobada por el ayuntamiento en el año 2008. El exceso de sonido resulta patente prácticamente en toda la ciudad según certifican las cifras del informe Alzira Avança publicado por el propio consistorio. El grupo La Ribera en Bici-Ecologistes en Acció ha lamentado esta permisividad e insiste en reclamar a las autoridades locales a cumplir su propia normativa y a actuar contra los conductores de motos y otros vehículos que circulan con los tubos de escape trucados que lanzan un sonido ensordecedor.

El colectivo ecologista ha aprovechado la celebración, ayer, del Día Internacional Contra el Ruido para llamar la atención del gobierno local sobre una realidad que despierta numerosas quejas ciudadanas y que provoca mucho malestar en horario nocturno cuando el descanso y el sueño se ven alterados por conductores que no respetan las mínimas normas de convivencia. De hecho, La Ribera en Bici se han hartado de esperar una respuesta por parte del Ayuntamiento de Alzira y ha presentado una queja a la Síndicatura de Comptes sobre este asunto y también ha impulsado una recogida de firmas para que se aplique de una vez la ordenanza contra el ruido «y controle definitivamente los vehículos ruidosos para que los vecinos puedan vivir en paz y saludablemente».

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha catalogado la contaminación acústica como el segundo mayor problema medioambiental en Europa, después de la contaminación del aire por partículas, puesto que provoca estrés, problemas de sueño, afección de las capacidades cognitivas o perjudica las enfermedades cardiocirculatorias. Consciente de esos peligros, la OMS recomienda reducir el ruido en las zonas urbanas por bajo de los 53 decibelios durante el día y 45 dB por la noche.

La Ordenanza Contra el Ruido, aprobada en 2008 por el ayuntamiento alzireño detalla en su artículo nueve los valores límite de ruido en el ambiente exterior y establece que ninguna actividad o instalación transmitirá al ambiente exterior niveles sonoros superiores a 55 decibelios diurnos y 45 nocturnos en las áreas residenciales y 45 dB diurnos y 35 nocturnos en las zonas donde se asienten infraestructuras sanitario o docentes.

Un informe municipal reconoce que durante el día se superan los límites de ruido en la mayoría de áreas residenciales, educativas, sanitarias y culturales, y durante la noche todavía más. En estas condiciones, Ecologistas en Acció insta a actuar a los gestores municipales y se pregunta si, después de invertirse más de 837.000 euros en la instalación de pantallas acústicas a lo largo de la carretera CV-50 para aislar a los residentes al colegio Alborxí y a los usuarios del ambulatorio que se sitúan junto a esa vía de circunvalación , se va a dejar «que sigan circulando impunemente las motos y las coches tan ruidosos».