Los días 3 y 11 de agosto el Monasterio d’Aigües Vives de Carcaixent se llenará de cables, cámaras y andamios audiovisuales. Será la segunda vez en un año que Carcaixent acoge el rodaje de una película. Para ello, los productores necesitan ochenta figurantes para dos jornadas de ocho horas con catering incluido. Todos ellos serán contratados y cobrarán 50 euros brutos por día.
En la oferta, publicada en redes sociales, explicitan los grupos de edad que necesitan para el rodaje: veinte niños de 12 a 15 años, veinte adolescentes de 16 a 20 años, veinte mujeres y veinte hombres.
La concejala de Turismo, Ana Garrigues, celebra esta iniciativa porque, según explica, es una «opotunidad de poner en valor y difundir el patrimonio local de cara al exterior pero incluso entre la misma gente de Carcaixent».
Garrigues asegura que desde el consistorio se ha facilitado el trabajo de los productores. «Vinieron en abril buscando localizaciones y se quedaron maravillados con los exteriores, el claustro y los jardines del Monestir», relata.
Tierra fértil para el cine
Esta no será la primera vez que Carcaixent se convierte en un escenario cinematográfico. El pasado mes de abril se rodó ‘Hollyblood’, una comedia romántica de vampiros protagonizada por Óscar Casas e Isa Montalbán, que contó dos localizaciones icónicas de la localidad ribereña: el Magatzem de Ribera y el Bar El Musical.
En 2018, Carcaixent también se convirtió en el escenario del filme ‘La Banda’, que narra la historia de un músico que vive en el extranjero y que regresa a su València natal. En el metraje, dirigido por Roberto Bueso, también se puede identificar ‘El Musical’ así como diferentes calles céntricas del municipio como el Passeig.
Carcaixent forma parte de Film València, una plataforma que promueve y facilita los rodajes haciendo de nexo entre las productoras y los municipios con el objetivo de «impulsar la industria audiovisual, el turismo y la economía local en todo el territorio».
El Monasterio d’Aigües Vives, del abandono a la gran pantalla
Durante los últimos años ha sufrido numerosos expolios, intromisiones y actos vandálicos, que han sumergido en la ruina el antiguo Monasterio de Santa Maria d’Aigües Vives.
Diferentes iniciativas populares y políticas han pretendido rescatarlo para su restauración. Incluso, una propuesta ciudadana incluyó la compra y restauración del convento en los presupuestos participativos de la Generalitat Valenciana.
Los técnicos de Patrimonio visitaron hace tres meses este antiguo convento agustino del siglo XVI para evaluar la magnitud de su deterioro y desarrollar un plan para frenar las intrusiones.
A pesar de estar considerado Bien de Interés Cultural desde hace más de una década, se ha deteriorado ante la falta de medidas de conservación tanto de su dueño como de las instituciones.
