La unión entre los valencianos y la pólvora se forja desde la infancia. A fuego. Cada mes de marzo. Aunque la pandemia ha impedido celebrar las Fallas en su calendario habitual durante los dos últimos años, Alzira ha recobrado la ilusión durante el puente de octubre. Y, precisamente, la pólvora se ha confirmado como el elemento aglutinador de la fiesta.

Es algo que se ha visto en cada disparo pirotécnico. Como en la última «mascletà», la de ayer. Nadal-Martí cerró el ciclo de la pólvora, que ha contado con cuatro «mascletaes» y dos «nits del foc». Todas ellas, multitudinarias. Miles de personas se han concentrado en la Plaça del Regne durante estos cuatro días falleros para disfrutar de uno de los elementos de la fiesta más accesible, ya que toda la ciudad ha podido vibrar con los espectáculos pirotécnicos, sin necesidad de ser fallero de las comisiones de que plantaban o de cualquier otra. Todo el mundo estaba invitado.

Ayer, como jornada festiva que era, el público no falló y se acercó a la céntrica plaza alzireña para presenciar el trabajo preparado por la empresa pirotécnica de l’Olleria. «Es emocionante volver a disparar después de que las Fallas de 2020 se nos esfumasen. La gente tenía ganas de sentir de nuevo la pólvora y la música. Esto es volver a la vida. Hemos empezado con sirenas, que recuerdan al sonido de los barcos en el mar, luego hemos dado paso a la Senyera y un terremoto potente que seguro que ha hecho vibrar a la gente. Con 46 kilos de pólvora hemos sabido combinar los elementos para dar un buen espectáculo», explicaron los pirotécnicos, que también expresaron su deseo de que la pólvora vuelva a ser ese elemento aglutinador dentro de muy pocos meses: «Esperamos volver a estar todos aquí en marzo para disfrutar de la fiesta y la tradición valenciana».