Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Una arroba de naranjas se paga al mismo precio que un café

Ferrer: «Es una ruina»

Campo de navelinas por recolectar. | PERALES IBORRA

Nueva campaña citrícola angustiosa para los agricultores de la Ribera. La entrada masiva en el mercado español de naranjas procedentes de Sudáfrica, ha paralizado la compra de navelina, la más afectada y la de mayor cultivo en la comarca. La presión del mercado surafricano ha desmoronado los precios de la naranja valenciana y, en muchos casos, la única solución que encuentran los agricultores ante esta situación es abandonar las parcelas.

El escenario es desolador: cosechas perdidas y campos con naranjas por recolectar cuando la campaña de la navelina ya debería de haber finalizado. Los agricultores se desesperan por obtener un mínimo de rentabilidad que les ayude a superar el bache pero nada está en su mano. El precio de cotización de la navelina, la naranja cuya producción es la más extendida en la comarca, se ha desplomado. El productor la cobra a precios irrisorios, de entre cinco y diez céntimos de euro por kilo. Su precio en el mercado, oscila entre 1,50 y 3,50 euros: «Nunca había pasado esto. Por culpa de una situación de mercado propiciada por los acuerdos políticos europeos y el ministerio que no nos defiende, nuestra naranja ha quedado relegada a segundo plano», lamenta Bernardo Ferrer, vicepresidente segundo de AVA-Asaja, a Levante-EMV. Y vaticina, asimismo, un futuro todavía peor: «La situación es dramática y lo será más en el futuro», augura. «Aquí en la Ribera nunca se había vivido esto y no tardaremos mucho en ver campos abandonados por completo. Entre el encarecimiento del material que utilizamos, la subida generalizada de precios, incluyendo la de los abonos y fertilizantes, y la bajada de precios de la navelina por la presión mercantil de la naranja sudafricana, mucho nos tememnos que se acaben abandonando los campos, porque las pérdidas superan siempe a los ingresos», comenta.

Asimismo, otro de los problemas con los que se encuentra el agricultor es el de «las plagas ‘de importación’ que nos trae la naranja sudafricana. Para ellas no existe aquí un depredador natural y, encima, proliferan más por las buenas temperaturas. No podemos contra eso», alerta.

Precios de risa

Cada kilogramo de naranjas le cuesta de producir al agricultor sobre los 24 céntimos de euro. Y se está vendiendo a precios con los que no salen las cuentas: «Muchos distribuidores están comprando el kilo de naranjas a 0,08 euros, aunque dependiendo del comercio, los precios de compra al productor pueden oscilar entre los 5 y los 10 céntimos de euro por kilo. Una ruina», indica. «A mí, ayer mismo, me ofrecieron comprarme mi producción a un euro la arroba. Es decir, que lo que vale un café en un bar, equivale a 12 kilos de naranjas. Algo insólito», se lamenta. «Además, no te dan mucho margen para pensártelo, con lo que has de actuar rápido, o vendes la arroba a euro o pierdes la cosecha y la regalas. Así, a mí me va a generar pérdidas económicas que tendré que reponer de mi bolsillo y, al final, no quedará más remedio que abandonar los campos, como ya se está viendo en muchos lugares de La Ribera», recalca.

Campos talados

Muchos campos naranjeros ya están en estado de abandono. Árboles desnutridos y plantas silvestres acompañan a cientos de naranjas que permanecen en los árboles, mientras que otras yacen en el suelo. La situación se ha propiciado por unas «políticas europeas inadecuadas y un ministerio que no es capaz de defendernos. Nos asfixian y en breve empezaremos a ver cómo muchos agricultores ponen en marcha la sierra mecánica y no dejan ni un naranjo en pie», concluye Ferrer.

Compartir el artículo

stats