Esta semana pasada Alzira contemplaba a un hombre erguido semidesnudo, atado de pies y manos que aguantaba estoicamente la lluvia en plena calle. Era su despedida de soltero. Un festejo generalmente descontrolado, y muchas veces desconsiderado que se reconduce a golpe de sanciones. La Policía Municipal ha logrado reencauzar las versiones más desbocadas a base de denuncias por incumplimiento de las normas de circulación o por saltarse la prohibición de consumir alcohol en la calle. El control se ha endurecido desde hace tiempo y la acción policial evita que los grupos se propasen. Pero no solo en el ámbito público. En el privado también existen limitaciones.

La tradición manda que antes de la boda se celebre la despedida de la soltería. Una cena con los amigos, risas y sesión de discoteca. Esa era la norma no escrita que muchos transgredieron. Se alargó la celebración, que ya arrancaba el sábado a primera hora de la mañana con un largo paseo del novio o la novia con sus amigos por las calles enfundados en un disfraz divertido, aunque en ocasiones estrafalario. Luego llegaba el desayuno, más paseo, el almuerzo de mediodía, otro paseo, cena y discoteca. Todos esos pasos bien regados de alcohol u otras sustancias estimulantes. Y los más adeptos transgredieron más y más normas: camisetas, serpentinas, sombreros y desfiles callejeros tras un vehículo con la música a tope de potencia. En otros casos, una charanga musical amenizaba la velada.

Ese modelo se generalizó hace una década. Recordaba a los desfiles falleros pero en petit comité. La circulación lenta de la comparsa por las calles sin autorización administrativa expresa colapsó el tráfico en algunas zonas de Alzira. La celebración comenzó a resultar molesta y la Policía Municipal entró en acción. Algunas despedidas de soltero acabaron en multa, tanto de tráfico como por consumir alcohol en la calle.

Así acabó la despedida de soltero en Alzira: semidesnudo en un lavadero de coches

Así acabó la despedida de soltero en Alzira: semidesnudo en un lavadero de coches

Alquiler de apartamentos

Otra opción ampliamente extendida se centra en el alquiler de un apartamento para celebrar más íntimamente la fiesta y poder desmadrarse sin el peligro de ser observados en público, aunque también generó quejas vecinales por el constante ruido, gritos y música. Durante los fines de semana generó multitud de protestas de residentes o viandantes por las innumerables molestias que provocaba. Hubo casos en los que desde las viviendas, algunos grupos de jóvenes increparon e insultaron a vecinos y llegaron a lanzar objetos a la calle. Algunas poblaciones tomaron cartas en el asunto y anunciaron sanciones a quienes alquilaran apartamentos o chalés para tales fines. De hecho, existen sentencias del Tribunal Supremo sobre este tipo de molestias y hay condenas de hasta cuatro años de prisión, pues dependiendo de la gravedad, no solo se aplica la ordenanza cívica, sino también el Código Penal.

Otra de las características clásicas de una despedida de soltero es la aparición de pintadas en la calzada, generalmente a las puertas del domicilio de la persona protagonista de la fiesta. Grafitis pintados en el asfalto con motivo de la celebración, en los que se detalla el nombre de la pareja, la fecha del enlace y en los que aparecen dibujos icónicos de estos festejos con más o menos grosería. Si bien algunos se pintan con spray, otros utilizan pintura y brocha gorda. Este uso de la vía pública también ha provocado quejas de muchos ciudadanos ante las autoridades municipales, especialmente de gente mayor. En algunos casos la pintada ocupa calles enteras y aceras.

Algunas de estas prácticas han sido sancionadas por las autoridades. En Alzira se llegó a multar a un grupo de jóvenes a quienes sorprendieron pintando. Otras localidades amenazaron con la misma actuación. Multa por infringir las ordenanzas municipales. Corbera llegó a avisar para que los autores de las pintadas las borrasen después o bien instó a que se utilizase una pintura de fácil disolución.

La costumbre de homenajear a la persona que abandona la soltería llegó a salirse de madre por las causas descritas. Pero la acción policial y las restricciones de la pandemia han reducido estas celebraciones en Alzira. Los comportamientos incívicos en este tipo de fiestas han bajado drásticamente en los últimos años. Unos por miedo a las represalias, otros por la Covid 19. Y hay quien aprovecha para innovar sin armar jaleo ni obstaculizar el tráfico, consumir alcohol en la calle o pintar la calzada: atar al novio semidesnudo en una de las zonas más concurridas de Alzira. Una novedad en la que, según fuentes policiales, «difícilmente se puede intervenir si no es el perjudicado el que denuncia». Igual de llamativo pero más barato.