Ha sido cuestión de días. Un grupo de vándalos ha realizado diversas pintadas en un parque de Carcaixent apenas una semana después de que el ayuntamiento llevara a cabo una notable reforma.
Durante los últimos meses, el consistorio ha mejorado la imagen de diversos parques de la ciudad, en los que ha sustituido elementos deteriorados por otros nuevos. Una de las zonas de juegos en la que intervino fue la situada frente a la biblioteca municipal. Aunque poco ha durado en perfectas condiciones.
Apenas una semana después de completar la obra y abrir de nuevo la instalación lúdica, el parque se ha llenado de pintadas. Algunas de ellas, soeces. Otras, con simples nombres. Independientemente de la tipología, son pocos los nuevos elementos, por no decir prácticamente ninguno, que se salvaron del spray de pintura.
Según confirmaron a Levante-EMV fuentes municipales, las autoridades habrían identificado a los supuestos autores de las pintadas, entre los que se encuentra un menor de edad. El consistorio estudia la fórmula a aplicar para devolver al parque una imagen libre de toda mácula.
Igualmente, lamentaron que la inversión realizada por el consistorio «se haya lanzado a perder en tan poco tiempo por el incivismo de unos pocos». Precisamente, este tipo de conductas, cuestan cada año miles de euros a los ayuntamientos, que se ven obligados a renovar parques, farolas, bancos o contenedores con cierta asiduidad. Pese a su insistencia a la hora de reclamar un comportamiento ejemplar con el mobiliario urbano, «que es de todos», el vandalismo no cesa.
