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Salud

"Vivimos en una sociedad en la que encajan muy bien las drogas"

Proyecto Hombre, que lleva veinte años trabajando en Gandia, cuenta con unos cincuenta usuarios - La entidad trabaja con los pacientes y sus familiares para reforzar la comunicación

El centro de día de Proyecto Hombre en Gandia se puso en marcha en 1998, dentro de la fundación Arzobispo Miguel Roca, aunque esta lleva en marcha más de treinta años impulsada por Cáritas.

«Cuando se estructuraron estos servicios fue cuando empezó el boom de la heroína en los 80 debido a la alarma social que se produjo por la conflictividad y la delincuencia», explica la coordinadora y trabajadora social, Constanza Romero. «Durante este tiempo ha cambiado el perfil de las personas con adicciones, la manera de intervenir y se han estructurado muchos más recursos y programas», señala Romero. «En este momento, la principal adicción es la cocaína con un 40%, seguida por el alcohol y otras sustancias como el cannabis».

La fundación trabaja con cincuenta personas actualmente. Desde la institución explican que «el centro tiene cuarenta plazas públicas gracias a un convenio con la conselleria de Sanidad, pero procuramos tener a más gente para dar una respuesta más ágil y rápida a las personas que han decidido pedir ayuda». Este grupo viene derivado de la Unidad de Conductas Adictivas.

Perfil del usuario

Entre los pacientes, abundan las personas con 35 y 40 años, que «llegan con muchos años de evolución en el consumo y empiezan a ser conscientes de la repercusión física, social y familiar». Por otra parte, el perfil mayoritario es el del varón, ya que solo acuden un 15 o 20% de mujeres. «La adicción entre las mujeres provoca un mayor estigma social, por lo que es más difícil reconocerlo, pedir ayuda y acudir a un centro de tratamiento».

En el centro no solo trabajan en la desintoxicación, sino que «hay que mantener y realizar un programa para cambiar los hábitos, comprender la enfermedad y prevenir recaídas, ya que no solo afecta a la persona sino también a su entorno». La coordinadora relata que cuando llega un paciente, «la relación con su familia muchas veces está deteriorada, por lo que hay que mejorar la comunicación y reestructurar el vínculo familiar».

Por ello, «el entorno del paciente necesita una atención específica con el fin de gestionar una serie de sentimientos». Además, Romero destaca que «necesitamos intervenir con la familia porque de manera inconsciente mantienen patrones de conducta que refuerzan la adicción».

La coordinadora relata que «vivimos en una sociedad en la que encajan muy bien las drogas desde la búsqueda del placer, la diversión o la facilidad para acceder a ellas».

En la fundación «nos apoyamos mucho en la terapia grupal, realizamos talleres formativos y de autoestima para que las personas aprendan y entrenen las diferentes herramientas adquiridas en el centro».

A lo largo del año, además, ejecutan varias actividades con los usuarios como las visitas a museos o excursiones con el fin de que «conozcan los recursos disponibles en su entorno». Por otra parte, realizaron una jornada de puertas abiertas en València para dar a conocer la labor de la fundación, a la que asistieron varias personalidades políticas.

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