El asunto del vandalismo ha llegado demasiado lejos en Simat de la Valldigna. En los últimos meses los destrozos de elementos públicos han sido noticia constante en esta localidad y en el Gobierno local hay ya cierto hartazgo hasta el punto de que ya avisaron que no repararían nada que fuera roto por la mano humana.

Pero, en esta ocasión, a alguien se le ha ido de las manos y ha acabado causando un daño muy importante a algo tan querido por los vecinos como valioso para el patrimonio cultural e histórico de la Comunitat Valenciana: el Monestir de Santa Maria de la Valldigna.

Esta vez no ha sido un terremoto, ni la amortización de Mendizábal, tampoco la dinamita, sino las manos de una o varias personas a las que la Guardia Civil ya está buscando y que han provocado un agujero en uno de los muros exteriores del recinto.

Se cree que la acción vandálica tuvo lugar el pasado domingo, porque fue el lunes cuando el propietario de la tierra agrícola colindante dio aviso a la Policía Local de la existencia del boquete. La principal sospecha de los agentes es que se trató de una acción vandálica, sin ninguna intención de acceder al monasterio, pese a que por el agujero cabe a la perfección una persona, sobre todo porque no hay nada de valor que llevarse del monumento más allá de las naranjas, que, como señalaba ayer el alcalde, Víctor Mansanet, fueron recolectadas hace unas semanas. Además, en el entorno se hallaron dos balones y restos de una quema, lo que eleva las sospechas de que se trató de un acto intencionado.

No debió resultar complicado, a quien lo hizo, practicar al agujero, pese al grosor de la pared. Al tratarse de piedra seca y debido a que esa zona no había sido nunca restaurada, probablemente aprovecharían algún pequeño agujero o imperfección para tirar de las piedras y, posteriormente, sacar el esto ya fue muy fácil. Aunque la parcela que linda con el monasterio es privada y está cerrada, se cree que entraron por otro camino que está más alejado del casco urbano.

Lo que sí que resulta evidente es el importante daño que se ha causado a un elemento que forma parte del catálogo histórico de la Comunitat Valenciana. El material en el que está construido indica que se trata de uno de los elementos más antiguos de la construcción monacal, datado entre los siglos XIII y XV.

La Policía Local ha abierto una investigación para saber quiénes han realizado este destrozo, ya que los delitos contra el patrimonio histórico y artístico están penados, como recordaba ayer el consistorio en un comunicado.

Para el alcalde de Simat, Víctor Mansanet, este tipo de actuaciones suponen «un atentado contra nuestro patrimonio cultural y constatan la incultura y el incivismo de las personas que los perpetran».

La Dirección General de Patrimonio señaló ayer a Levante-EMV que reparará el boquete «en los próximos días» y que ha instalado un cierre provisional.

Las obras de conservación del cenobio ya están en marcha

La Conselleria de Cultura, a través de la Dirección General de Patrimonio, ha cumplido con aquello en lo que se comprometió con la Mancomunitat de la Valldigna y ya ha iniciado las obras para la conservación de algunos elementos que presentaban peligro de sufrir daños en el monasterio, como el ocurrido en 2019 con el derrumbe de uno de los arcos góticos del claustro.

En esta primera fase la Generalitat tiene previsto invertir 100.000 euros para reparar humedades de la iglesia, retirar la vegetación que afecta el campanario y otras actuaciones dirigidas a consolidar elementos.

Aunque no se puede acceder al recinto, desde fuera ya se aprecia el andamio que llega hasta lo alto del campanario, donde llegó a crecer una higuera que ahora será retirada.

En futuras actuaciones se invertirán 200.000 euros para llevar a cabo obras de mejora de la accesibilidad al recinto.

El Monestir de Santa Maria de la Valldigna está cerrado desde el inicio de la pandemia. Aunque en este tiempo ha acogido algunas actuaciones, las partes más importantes del cenobio no se pueden visitar precisamente debido al desprendimiento que sufrió el arco gótico en diciembre de 2019 durante un episodio de fuertes vientos.

La Mancomunitat de la Valldigna tiene en el monestir uno de los principales puntales de la gestión conjunta de los municipios, especialmente en lo que respecta al ámbito cultural. El recinto se ha convertido en sede oficial del Centro Internacional de Música Medieval. La entidad recibe de la Conselleria 120.000 euros para la programación cultural del monasterio.