El cambio de recinto de los festivales de Tavernes de la Valldigna no ha ido tan bien como se esperaba. Los organizadores del Iboga Summer Festival, evento que se celebró la pasada semana en la costa vallera, han anunciado, a través de sus perfiles oficiales en redes sociales, que han "cedido" la gestión a otra empresa de cara a las futuras ediciones.

Detrás de esta decisión se encuentra los problemas que los festivaleros y las festivaleras encontraron durante los días que duró el evento y de los que se vienen quejando, sobre todo a través de las redes sociales, desde entonces. Ahora es la propia empresa la que, en el comunicado en el que anuncia el cambio de manos, reconoce esos desajustes, asegurando, eso sí, que en todo momento trató de solucionarlos, "sin importar su coste económico o esfuerzo". También pide disculpas por las molestias causadas.

Como vienen señalando muchos y muchas de los asistentes, entre los problemas más graves estuvo el mal funcionamiento tanto de los baños móviles como de las duchas. Ya desde el primer día se detectó que el desagüe no funcionaba correctamente, algo que, según apunta la empresa en su comunicado, vino derivado de "fallos en cadena" que impidieron su correcto funcionamiento. "Nuestro personal de mantenimiento y el de las empresas implicadas tratamos de solucionar sin descanso los fallos", indican en el comunicado.

Estos fallos provocaron que no funcionaran bien los aseos ni las duchas y que se generara una sensación de suciedad que son muchos y muchas los que han denunciado.

Lejos de la playa

Otra de las quejas más recurrentes en los últimos días ha sido la de la insuficiencia de aseos, algo que se intentó paliar con la instalación de otras 18 unidades "de urgencia" la madrugada del viernes.

Otros aspectos que han recibido críticas han sido la insuficiente sombra que había en la zona de acampada o que el casco urbano de la playa de Tavernes estaba muy alejado de la zona de conciertos, lo que obligaba a los asistentes a caminar, en ocasiones, durante 20 minutos.

La propia organización, en su escrito, reconoce que para los asistentes ha sido "una mala experiencia", algo que "lamentamos profundamente".

Otra de las quejas de los y las asistentes se centraba en la masiva presencia de fuerzas de seguridad controlando los accesos, un asunto que la propia organización señla que "intentamos negociar con la Guardia Civil la limitación de su acceso al recinto y los controles de entrada pero nos fue del todo imposible", algo que, apuntan "dio lugar a una frustración y sentimiento de impotencia tanto por parte del público como de la organización".

"Un proyecto pequeño"

El comunicado acaba explicando las razones que han llevado a la organización actual a ceder el festival a otros gestores: "Iboga siempre ha sido un proyecto pequeño, que gestionan personas normales amantes de su trabajo, con capacidades económicas limitadas, y no fondos de inversión o multinacionales que solo miran el beneficio". Bajo esa premisa, apuntan que los nuevos gestores aportarán "una dilatada experiencia en la gestión y organización de eventos musicales".

Pese al cambio, desde la actual organización afirman que "la línea musical seguirá siendo impecable, manteniendo la actual dirección artística del festival" y desean que "con este cambio se consiga alcanzar un punto de máxima profesionalidad y excelente calidad".