Oliva, dispuesta a acabar con los «vertederos de coches» que se abandonan en sus calles

La alcaldesa dirige la operación que en solo unos días ha permitido retirar una veintena de vehículos de polígonos y áreas apartadas

Un coche y dos motos abandonadas, en el momento de ser retiradas por una grúa.

Un coche y dos motos abandonadas, en el momento de ser retiradas por una grúa. / Levante-EMV

Sergi Sapena

El Ayuntamiento de Oliva ha constatado que muchas de las calles y descampados de polígonos industriales y zonas apartadas del casco urbano se habían convertido en vertederos de vehículos abandonados por sus propietarios, en muchos casos para deshacerse de ellos sin tener que pasar por las empresas de reciclaje, como marca la ley.

Así que ha propia alcaldesa de la localidad, Yolanda Pastor, ha querido gestionar, desde el departamento de la Policía Local, la retirada de decenas de estos vehículos, la mayoría coches, pero también motos y furgonetas, que ocupan la vía pública desde hace semanas, e incluso meses.

«En los últimos días más de veinte vehículos han sido retirados y trasladados a centros de reciclaje para tratarlos como residuos sólidos urbanos», ha señalado la alcaldesa, quien añade que esta campaña seguirá en los próximos días.

El proceso consiste primero en detectar el vehículo abandonado, después notificar a su propietario, al que se identifica a partir de la matrícula y, si no responde, proceder a la retirada y traslado, dejando libre y descontaminado el espacio que ocupaba.

Las sanciones para los propietarios de estos vehículos abandonados va desde los dos mil euros, cuando la infracción es leve, hasta los 20.000 si tiene residuos peligrosos. En el caso de que haya causado una grave contaminación del suelo, la multa puede llegar a la friolera de 100.000 euros, según indica la alcaldesa.

En algunos casos no hay propietario

Ahora bien, como se puede constatar en esta y en otras ciudades donde prolifera el abandono de coches, en buena parte de ellos ni siquiera se puede localizar al propietario. Se dan casos, y no pocos, de personas que residen en otros lugares lejanos, incluso en el extranjero, por lo que es el ayuntamiento el que acaba pagando la operación de limpieza.

La alcaldesa Pastor ha señalado que los vehículos abandonados «se han convertido en un problema, con polígonos industriales y zonas apartadas usadas como vertederos, generando inseguridad e insalubridad en espacios públicos».

En Gandia los coches, motos, bicicletas, patinetes y furgonetas abandonadas se llevan al depósito municipal y, si nadie los reclama pasadas varias semanas, son declarados residuo y llevados a un punto de reciclaje. Eso sí, cuando alguno de ellos es útil, la Policía Local o algún servicio municipal se lo agencia y lo aprovecha.