La crisis también se sienta en el diván del psiquiatra. Más de la mitad de las personas que acuden a las Unidades de Salud Mental de la red pública valenciana han perdido su trabajo y llevan ya más de seis meses apresados en un sinvivir, en una tensión permanente, sin poder dormir ni disfrutar del sueño reparador de un buen descanso nocturno, con muchas preocupaciones y la ansiedad y el malestar prendidos a los tacones de los zapatos.

Las dramáticas situaciones de un paro prolongado, la inminente amenaza de un embargo, no poder pagar la hipoteca, el desamparo del día a día sin esperanza ni visos de salir de una situación que se convierte en una encerrona vital han disparado las consultas psiquiátricas por depresión o trastornos de adaptación, tal y como refleja un estudio epidemiológico realizado por la Unidad de Salud Mental de Buñol que ha confirmado que uno de cada dos pacientes ha perdido el empleo y que de hecho, solo el 20 % tiene una situación laboral activa.

Los pensionistas, los parados con y sin subsidio constituyen la mitad de los usuarios de las Unidades de Salud Mental. El 30 % restante que demanda ayuda psicológica son estudiantes, amas de casa y enfermos que se encuentran en baja laboral.

Los diagnósticos más frecuentes son la depresión y el trastorno adaptativo que son el preámbulo a un cuadro depresivo más profundo que salta cuando se produce un detonante y la persona tiene que adaptarse a una nueva situación económica más complicada y difícil y echar manos de recursos personales de supervivencia para adaptarse al nuevo tiempo al que, sin remedio, debe plantar cara.

La psiquiatra de la Unidad de Salud Mental de Buñol, Carmen Iranzo precisa que no solo es el paro o la falta de trabajo lo que puede llevar a una persona a un trastorno de adaptación, sino también cualquier situación estresante que cause tensión.

Los tratamientos comienzan tras seis meses de observación y constatar que las personas no levantan cabeza y continúan atenazadas por el malestar.

La especialista ha destacado que los antidepresivos y la psicoterapia no solucionan los problemas reales de la vida. "Solo ayudan a mejorar los síntomas", precisó Iranzo.

A las Unidades de Salud Mental acuden más mujeres que hombres. "Ellas tienen más facilidad para pedir ayuda y por lo tanto son las que antes van a la consulta del médico, aunque la depresión y los trastornos de adaptación afectan por igual a hombres que a mujeres", indicó la psiquiatra.

El estudio epidemiológico constató que el 58 % de los pacientes eran mujeres y que la edad media de los usuarios rondaba los 44 años, aunque a la Unidad acuden pacientes de 15 a 80 años.

El aumento del paro deja también un rastro importante en las consultas de salud mental.

¿Hay solución?

"La solución vendría de aliviar el malestar y por el resurgir del bienestar económico", señaló la profesional que destacó que al final todos nos adaptamos a las situaciones aunque haya que reducir el nivel y la calidad de vida, porque sobrevivir es el lema histórico del "homo sapiens".