La aplicación del láser en la medicina y cirugía a principios de los años 70 supuso una revolución en el sector de la salud, pues con este instrumento se empezaron a realizar procedimientos difíciles de practicar con los métodos convencionales. 

Con el paso de los años, esta tecnología no ha dejado de evolucionar y se ha convertido en uno de los métodos más efectivos para realizar cirugías en zonas de difícil acceso en el cuerpo humano al mismo tiempo que se minimizan daños y se simplifica el postoperatorio.

El láser de CO2 o carbónico forma parte de una nueva generación de láseres con tecnología ablativa fraccional que permiten producir microdaños en la piel de diferente intensidad, dependiendo de la potencia que se escoja, conservando tejido sano junto a la zona intervenida. De esta forma, es el propio tejido el que se encarga de la regeneración del área operada, antes y de forma segura.

Pese a que, principalmente, el uso de este tipo de láseres se ha centrado en la cirugía estética y maxilofacial, durante los últimos años se han producido grandes avances en la aplicación de esta herramienta para tratar diferentes tipos de tumores de garganta, cabeza o cuello.

“El láser CO2 o láser carbónico se usa como un bisturí a distancia, de modo que permite cortar y vaporizar tejido sin contacto directo del tejido. Así pues, podemos resecar tumores en una pieza (cuando son pequeños) o fragmentándolos”, explica el doctor Manuel Bernal Sprekelsen, otorrino del hospital Hospital Quirónsalud de Valencia, especialista en el abordaje de cáncer de laringe y  Presidente de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello. Además, dado que el corte sella los vasos sanguíneos y los linfáticos, se logra reducir el sangrado intraoperatorio y se evita la migración de células tumorales.

Esta nueva herramienta preserva la parte no afectada por el tumor, de modo que evita las traqueotomías en muchos casos y mejora la calidad vida de los pacientes. “Gracias a la mejora de la tecnología, el spot -o punto de láser cortante- es sumamente fino, razón por la cual se preserva tejido sano, que luego será útil en la función de la voz o de la deglución”, subraya el doctor Bernal. Por último, el láser carbónico puede aplicarse también a través de la fibra y la mayoría de los sistemas de cirugía robótica lo ha incorporado para cortar tejidos.

¿Qué tipo de tumores pueden abordarse con el láser carbónico?

El láser CO2 permite operar todos los tumores originados en toda la vía aerodigestiva superior, lo que incluye la laringe y la hipofaringe. Además, la resección del tumor va siempre acompañada del tratamiento de las posibles adenopatías (ganglios) en el cuello, si fuera necesario.

El láser CO2 permite operar todos los tumores originados en toda la vía aerodigestiva superior. ED

Los tumores que afectan a las cuerdas vocales se detectan tempranamente, porque provocan una disfonía (o cambio de voz) que persiste más allá de lo que perdura un resfriado. “Es por ello que suelen ser T1-2, mayormente -señala el doctor Bernal-. Los tumores que afectan la porción por encima de las cuerdas vocales (supraglotis) pueden tardar más en descubrirse, porque no dan un cambio de la voz sino solo de la tonalidad por la ocupación”. En este sentido, cuando los tumores son más grandes, pueden llegar a obstruir la vía aérea y dar algún dolor reflejo hacía uno de los oídos. 

Según el doctor Bernal, “los tumores de la vía digestiva suelen descubrirse cuando ya son de mayor tamaño, porque dan muy poca sintomatología en fases iniciales: voz tomada como de ‘patata caliente’, irradiación de dolor hacia uno de los oídos o problemas en la deglución -más de sólidos que de líquidos, aunque con líquidos puede haber tos por atragantamiento-”.

En este punto, lo más habitual es que los pacientes sean derivados al especialista otorrinolaringólogo por esa disfonía que no se cura y, muy frecuentemente en los tumores de supraglotis y de la vía digestiva, por ganglios aumentados de tamaño en el cuello como primer signo de enfermedad.

Ventajas del láser sobre la cirugía convencional

Abordar un tumor ubicado en la vía aerodigestiva superior a través del láser CO2 comporta importantes ventajas respecto a la cirugía convencional.

La mayor ventaja consiste en que el abordaje menos invasivo del láser permite distinguir mejor la zona afectada por el tumor y evita así realizar una traqueotomía. La reseccion transoral (a través de boca) evita los cortes externos (salvo lo que hagan falta para la cirugía de los ganglios en cuello) y permite una recuperación más rápida que aporta una mayor calidad de vida al paciente. Además, al no realizar un abordaje externo, no se cortan nervios sensibles y le recuperación de la deglución se facilita. 

Por otro lado, la cirugía con láser es repetible ante cualquier sospecha de persistencia o recidiva tumoral. Además, “el hecho de haber comenzado el tratamiento del tumor con el láser permite repetirlo y, si en un momento dado este fracasara, se pueden ofrecer abordajes convencionales externos sin perjuicio de la esperanza de vida”, afirma el doctor Bernal.

De este modo, la intervención vía láser CO2 ha demostrado obtener unos resultados superiores al 80 % en la tasa de supervivencias de los pacientes con tumores pequeños en los cinco años posteriores. “En tumores pequeños (T1 y T2), la cirugía transoral laser sustituye perfectamente a la radioterapia, con una cifras de supervivencia similares -subraya el doctor Bernal-. La ventaja del láser es que puede repetirse, mientras que el fracaso de un tratamiento con radio-quimioterapia suele ser una gran cirugía de rescate”. 

Por último, esta herramienta puede entenderse como un tratamiento complementario a la radioterapia y la quimioterapia en tumores más grandes.

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