Todo el mundo sabe que las bebidas alcohólicas tienen muchas calorías y que, por lo tanto, aquel que busque adelgazar, o por lo menos no engordar, debe huir de ellas a toda costa. Puede que este propósito durante el invierno sea algo más fácil de cumplir, pero en verano con el calor, las vacaciones, las visitas a la playa y a la piscina y las fiestas es prácticamente imposible que no caiga alguna copita.

Los nutricionistas lo tienen claro: la mejor opción es el agua porque además de mantenerte hidratado, no engorda. No obstante, si lo que quieres es saber cuál es la bebida alcohólica que menos engorda, vamos a tumbar un mito, y es que se trata de la cerveza debido a que conforme más graduación tiene una bebida, más calorías contiene. Así que en teoría, ya que todo depende de la graduación que tenga, 100 mililitros de cerveza contendría 40 kilocalorías.

Sin embargo, los problema con la cerveza son principalmente dos. Por una parte, que normalmente las personas suelen beberse tercios, jarras o latas, que al tener 330 mililitros, las kilocalorías ascenderían ya a 123. Por la otra, que una cerveza no suele ir sola, si no que le sigue una segunda (y puede ser que incluso una tercera). A esto debe sumársele que, si se le incluye una Fanta de limón para hacer una 'clarita', se añaden las calorías (también vacías) del refresco.

En cuanto al vino, 100 mililitros tendrían alrededor de 70 kilocalorías. El blanco sería todavía menos saludable que el tinto, porque carece de las propiedades antioxidantes del segundo. Y pese a que algunos estudios han apuntado que una copa al día podría ser beneficiosa para la salud por ayudar a prevenir la formación de trombos, los expertos insisten en que la cantidad de alcohol más sana es cero.