Susana Golf

Empezó desde niña con el fitness y la danza acrobática. ¿Siente que se perdió algo de su infancia?

No, cuando tenía 6 u 8 años y me preguntaban si quería ir a un cumpleaños yo decía que prefería ir a entrenar. Y me llevo tantas cosas bonitas, el aprendizaje, el deporte, el lenguaje corporal... A los seis años me apuntaron a natación, al mes me pasé a aerobic y step y ya supe que lo que quería era bailar.

Imagino que la disciplina deportiva desde tan corta edad marca. ¿Le ha servido después para conseguir objetivos?

Sobre todo la disciplina de la competición, con su sacrificio, me ha servido para la interpretación.

¿Siempre quiso subirse a un escenario?

Me encantaba el mundo de la farándula. Hice mi primer casting a los seis años.

Aunque ganó títulos y en el programa Veo Veo de Teresa Rabal, la mayoría la conocemos por "Yo soy Bea" donde sustituyó a la protagonista.

Fue mi primer papel protagonista. A los 17 años recién cumplidos me fui a Madrid a estudiar teatro a la vez que trabajaba como bailarina. Mi primer personaje fijo fue en Andalucía. Luego hice apariciones en series. Pero fue Yo soy Bea lo que me abrió muchas puertas. Rodábamos 25 secuencias al día, 12 ó 14 horas. Tenía 18 ó 19 años y sustituir a Ruth Nuñez...

Y luego llega a otra serie, "Los hombres de Paco", en su última temporada.

Ha sido un privilegio. Estoy contentísima y he hecho grandes amigos. Estuve seis meses y fueron emocionantes.

Después se subió a las tablas del teatro. ¿Le gusta más que la televisión?

No podría elegir, las dos cosas, pero la televisión es un falso directo y el teatro es directo puro, sentir los aplausos... tengo propuestas que todavía no puedo desvelar.

Rubia, ojos azules, ¿ha tenido que superar todos los tópicos?

Poco a poco me los voy quitando de encima. Puedo hacer cualquier tipo de personaje.

Con esa cara angelical ¿se ve de mala?

De mala también puedo hacer, aunque el físico no ayuda, pero puedo hacer de rubia mala, las malas rubias son más malas. Y, si no, para eso están el tinte y las lentillas.

¿El precio de la popularidad es perder la intimidad?

De golpe salía y me reconocían, sacaban mis fotos en las revistas... es el precio que hay que pagar. La gente te ve en la tele y le interesa tu vida, es normal, a veces se pasan y no te gusta, pero es lo que hay.

Hay muchos actores valencianos triunfando fuera, ¿aquí no puede ser?

Desgraciadamente las posibilidades en Valencia son muy limitadas. Las primeras oportunidades me las dieron en Madrid y allí me fui. Como tantos. Y es una pena, ojalá la cosa fuera creciendo y se apostara por ello. A mí me encantaría.