Balduino y Fabiola mantuvieron siempre la relación con España (solían descansar en Granada y allí sorprendió la muerte al rey) y frecuentaban tierras valencianas, a las que les unían lazos de sangre. En Beniparrell reposan los restos del cuñado de la reina, Alfonso Escrivá de Romaní, y de su hermana, María de las Nieves de Mora y Aragón, barones de la población.

La pareja real viajó hasta Valencia el año 1985 para asistir a unos funerales. Tal como recogió en una extensa crónica Rafael Brines, colaborador de Levante-EMV y testigo de la visita, llegaron al aeropuerto de Manises y fueron recibidos por Joan Lerma, entonces presidente de la Generalitat, y Eugenio Burriel, delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana. Tras el sepelio, mientras Balduino emprendía viaje de regreso a Bruselas, Fabiola permaneció veinticuatro horas en Valencia, hospedándose en el Palacio de Montortal, frente a la entonces Capitanía General. Antes, ya habían realizado el mismo itinerario para visitar el panteón de los Escrivá de Romaní. El barón había muerto en 1981.

La antigua reina de los belgas realizó una nueva visita de carácter oficial en 1994. Esta vez vino sola. El rey había muerto en el verano de 1993 durante un descanso en Motril (Granada). Ella hizo traer desde Bélgica al perro favorito de Balduino, un enorme mastín de color marrón oscuro.

Fabiola recorrió las instalaciones del sanatorio de leprosos de Fontilles (Marina Alta) acompañada por la infanta Elena. Se presentaba la asociación Solidaridad Damián-Fotilles y Fabiola quería impulsar personalmente la beatificación del misionero belga fallecido en 1889. En esa ocasión, la soberana aprovechó para volver a Beniparrell y depositar un gran centro de flores amarillas en el panteón de su hermana y su cuñado.

Una vez más, Fabiola de Mora y Aragón se hospedó en el palacete de Montortal, donde fue recibida con aplausos y gritos de «Fabiola, Fabiola» por un grupo de valencianos.

En Alicante

No fue su última estancia en la Comunitat Valenciana. Su última visita la llevó a Alicante en el año 2007, con motivo de un acto de índole cultural internacional celebrado en el Museo Arqueológico de Alicante MARQ.