Ultimamente estamos empecinados en encasillar los fenómenos meteorológicos como no corresponde. Esta semana ha sido muy variopinta. Hemos pasado de vivir una «ola de calor» a andar inmersos en «días de invierno». Así, en un rato. Cualquiera puede pensar que la Tierra se está volviendo loca o incluso que se encamina hacia la destrucción definitiva e irreversible, que también se ha podido leer. Hurgando en datos históricos y libros de antaño, muchos previos a la eclosión del calentamiento global, más de uno se puede llevar una sorpresa. Quizás desagradable, porque pueden desarbolar una noticia fetén.

La primavera es un periodo de reajuste. Las masas de aire frío van perdiendo terreno en detrimento de las cálidas, que ganan extensión. Esa pugna lleva a que el tiempo se torne un tanto bipolar, especialmente en nuestro rincón. Estamos a un paso del continente africano, donde se dispone el aire tropical, que tiene una facilidad asombrosa para flirtear con nosotros. Como a mediados de mayo del año 2015. Por aquel entonces el aire sahariano progresó hacia el norte hasta asentarse en la Península Ibérica, y el día 14 se alió con el viento de oeste para dejar en la Comunidad Valenciana una «ponentà» de relumbrón. En algunas localidades de la Ribera Alta las temperaturas máximas superaron con holgura los 40 ºC, caso de Sumacàrcer con 43,7 ºC y l'Alcudia con 43,4 ºC (red AVAMET). El observatorio de Carcaixent llegó a marcar 44.4 ºC, el registro más alto en el continente europeo para un mes de mayo.

En este caso ganó el pulso el aire «africano», pero en otros ha salido victorioso el polar o ártico. Para dar con el registro más extremo, por frío, tenemos que retroceder hasta los primeros días de mayo del año 1945. Europa estaba helada por la muerte de Adolf Hitler, el éxito del Ejército Rojo en Berlín... y la llegada de una masa de aire ártico. De repente se abrió un pasillo al viento del norte y las temperaturas se desplomaron. El día 3 de mayo heló en todo el interior de la Comunidad y las ciudades de Valencia o Alicante se plantaron de madrugada en la marca de 5 ºC. Para días invernales, aquellos. Estos valores son extremos y poco usuales, pero también una huella de la primavera en nuestro país. Su sello de denominación de origen. Probablemente, continuarán leyendo sobre días de invierno o verano en mayo pero, al menos ahora, ya serán conocedores de que estos altibajos son normales en general. ¡A nosotros con el sayo!