Barcelona ha impulsado durante los últimos días una nueva iniciativa con el objetivo de reducir la contaminación en las grandes urbes: prohibir la circulación de los vehículos más contaminantes a partir del próximo día 1 de enero de 2020. Esta iniciativa se suma a otras, como Madrid Central, o la de algunas otras grandes ciudades del planeta que han comenzado a impulsar medidas para reducir la cantidad de emisiones de gases contaminantes a la atmósfera. Que las grandes capitales decidan crear iniciativas como esta son, sin duda alguna, excelentes noticias. Poco a poco se va adquiriendo conciencia sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y mejorar la calidad de vida tanto de la ciudadanía como del medio que habitamos. Pero deben ser acompañadas por quienes las impulsan de algunas grandes responsabilidades. Deben fomentarse de forma notable las políticas de transporte público o las ayudas para la sustitución de los automóviles más antiguos por los más eficientes en cuanto a reducción de emisiones se refiere. Es vital realizar campañas de concienciación social, ampliar la educación a la ciudadanía sobre el porqué de estas iniciativas y acompañarlas de medidas sociales que continúen generando un cambio que se construya entre los organismos gubernamentales y la ciudadanía. Está en manos de todos nosotros continuar cuidando nuestro medio ambiente y seguir adquiriendo conciencia de la importancia de hacerlo. Y está en manos de los que promueven estas necesarias medidas ayudarnos a poner de nuestra parte y facilitarnos el camino para poder hacerlo. No todos los ciudadanos disponen de los recursos económicos para poder adaptarse tan rápido a estos cambios inmediatos, por lo que es un deber político ayudar a los mismos en esta transición. Confiemos en que lo hagan. Entre ambas partes es posible seguir mejorando el mundo en el que vivimos.