No me acostumbro. Este sábado un observatorio ubicado en el círculo polar ártico registró una temperatura máxima más propia de las comarcas valencianas de La Costera o la Ribera Alta. Concretamente fue en Verjoyansk, en la Siberia Oriental de Rusia, donde el mercurio llegó hasta los 38 ºC, un registro nunca visto desde que se iniciaron las observaciones en la República de Sajá, allá por el año 1885. La relevancia de este registro va más allá de este rincón ruso, en tanto que podría suponer un récord para todo el ártico. Aún debemos hablar en condicional porque la marca tiene que ser verificada, pero todo apunta a que se confirmará, porque la masa de aire modelizada en la zona tenía potencial más que suficiente para hacer trizas la plusmarca.

Siberia lleva meses sumergida en temperaturas anómalas. El verano pasado ya fue realmente cálido y seco, con incendios que asolaron millones de hectáreas. Tras el letargo invernal, las llamas rebrotaron. Según el Programa de Observación de la Tierra europeo Copernicus, la virulencia y la extensión del fuego este año son equiparables a las observadas en 2019, sólo que ahora llegan en un contexto aún más cálido. En el cómputo global de esta primavera, Siberia ha registrado temperaturas hasta 10 ºC más cálidas de lo normal.

El pasado viernes, la portavoz de la AEMET Bea Hervella participó junto a su homólogo Rubén del Campo en una rueda de prensa para hablar de la predicción estacional. Sí, esa que en estas fechas deja pocas sorpresas si anticipa un verano cálido y seco en España, como ha sido el caso. Pues bien, Hervella aportó una serie de datos y fenómenos preocupantes a nivel global. El mes de abril empató con el más cálido registrado en la Tierra y mayo batió todos los récords. Los últimos doce meses han sido calurosos hasta el punto de no tener precedentes en la serie histórica, más que cualquier otro periodo incluyendo el año 2016, que fue sobresaliente por un potente episodio de El Niño.

Esta anomalía tiene que ver con esos registros que se están viviendo en Siberia, que es uno de los focos de calor más apreciables del último año. La temperatura en Rusia entre enero y mayo ha estado 5.3 ºC por encima de la media. Es un récord que vapulea al vigente hasta 2020, superándolo en 2 ºC. Esto ha llevado a que el permafrost (terrenos congelados de forma perpetua) se esté diluyendo, emitiendo una gran cantidad de metano retenido en su superficie que propiciará, a su vez, un incremento de la temperatura global. Ramonchu, ¿puedes ponerte la capa y dar paso a 2021? Haz el favor, amigo.