La fiebre que ha desatado la serie surcoreana El juego del calamar ha hecho que incluso un hotel vaya a recrear la trama de esta ficción (eso sí, aclarando que nadie va a morir en el intento). No hay conversación en la que no se hable de esta creación cuyo éxito ha sorprendido hasta a la propia Netflix que ya ha confirmado que es el mejor estreno de la historia de la plataforma al sumar 111 millones de espectadores en sus primeros 28 días de emisión.

Se trata de una ficción distópica con un trasfondo de crítica hacia un sistema capitalista extremo en el que las personas son capaces de poner en riesgo su vida por dinero y cuyos escrúpulos desaparecen con tal de lograrlo y donde una clase pudiente disfruta de un espectáculo dantesco, solo porque puede hacerlo. Como carta de presentación a este profundo argumento encontramos numerosas escenas de una gran violencia, de la que llega directa a la retina y al cerebro, con poca tripa pero con mucho resultado, y que es capaz de dejar pegado al sofá al espectador más adulto.

Pues bien, pese a que El juego del calamar está recomendada para mayores de 16 años (así lo indica la propia plataforma Netflix) por sus escenas de elevada violencia, los maestros y profesoras han dado la voz de alarma al detectar que niños de tan solo 8 y 9 años han visto los capítulos de esta ficción.

Una de las maestras que ha estallado contra la actitud de los progenitores que permiten que estos pequeños vean esta serie tan cruda o, ni siquiera controlan qué ven sus vástagos en los teléfonos móviles mientras ellos no están presentes.

Según cuenta @piruletadementa a través de su perfil de Twitter, se percataron de la situación cuando vieron que unos alumnos del centro escolar donde trabaja jugaban a lo que en principio parecía el tradicional juego de El pollito inglés. Pero no, al fijarse, se dieron cuenta de que "se trataba del juego luz roja, luz verde" de la serie surcoreana. "Con cancioncita incluida y disparos simulados a los participantes, cayéndose al suelo simulando estar muertos", añade.

Los profesores que habían visto la serie y eran conscientes del nivel de violencia de la serie, decidieron indagar para ver si el hecho de que niños y niñas tan pequeños hubieran visto la serie era meramente anecdótico o no. Al preguntar en las aulas, "más de la mitad de los alumnos" habían visto la serie, y de estos la mitad aproximadamente "la habían visto solos en su móvil" y la otra mitad "la habían visto ¡CON SUS PADRES!". Y aquí es cuando la maestra se indigna "¿Qué cojones hace un niño de 8 o 9 años con un móvil con internet para poder ver lo que le da la gana a la hora que le da la gana?"

"Y lo que es todavía más espeluznante -prosigue- ¿cómo padres y madres aparentemente normales ven lógico ver esta serie sentados junto a su hijo de esa edad? ¿qué tienen en el cerebro?", se pregunta.

La desesperación de esta profesora llega al punto de lanzar una advertencia: "con esta situación poco podemos hacer nosotros" para zanjar este hilo con un "Y no, no nos pagan para aguantar tanta estupidez e irresponsabilidad. Haced de padres y madres. Cumplid con vuestra parte. Que esto se va al carajo".

La respuesta de otros tuiteros no se han hecho esperar. La gran mayoría escandalizados por la edad tan precoz en la que comienzan a ver esta serie.