Con la llegada del verano y el buen tiempo llega también la época de las piscinas, la playa y los accidentes en este tipo de espacios. Por muy inocentes que parezcan, la verdad es que las piscinas y demás instalaciones acuáticas pueden esconder riesgos para los usuarios.

Las piscinas son sinónimo de diversión y ocio. Son un oasis de frescor con el que soportar el sofocante calor de estos meses. Son espacios agradables donde tomar el sol, charlar y bañarse. Invitan a relajarse y bajar la guardia. Es precisamente ahí donde surgen los problemas, especialmente con los más pequeños. Aunque en este tipo de instalaciones siempre hay un equipo de socorristas, es conveniente que los usuarios conozcan algunos de los riesgos y peligros que acechan para evitar sustos y complicaciones.

El angustioso rescate de un niño atrapado en una piscina infantil

El angustioso rescate de un niño atrapado en una piscina infantil Bomberos de Madrid

Principales peligros en las piscinas

  • Golpes de calor: Aunque la mayoría de los usuarios suele recurrir al agua para refrescarse, hay algunos de prefieren tostarse al sol. Para ellos, es necesario evitar las horas de máximo calor y buscar la sombra. Si eres de los que no te gusta meterte en la piscina, prueba a refrescarte en la ducha y busca la sombra.
  • Corte de digestión: Haz caso a las madres y abuelas. Durante los baños de sol, la temperatura del cuerpo sube y baja la presión arterial. Antes de meterte en el agua mójate en la ducha para ir adaptando al cuerpo poco a poco.
  • Comprueba la profundidad en la piscina: Es uno de los problemas más recurrentes. Antes de tirarte de cabeza comprueba la profundidad en ese tramo. Si no lo sabes es mejor tirarse desde el bordillo para no chocar con el fondo y provocar algún tipo de lesión o desvanecimiento.
  • Cortes: Las aristas en las escaleras y en algunos elementos como los azulejos pueden provocar pequeños cortes. Si sufres uno y es muy profundo acude a los socorristas para que te curen.
  • Resbalones: No solo hay peligros en el agua, también fuera de ella. Correr descalzo por el bordillo o por las baldosas que rodean la piscina es peligroso. Recurre siempre a chanclas para garantizar la adherencia al suelo.
  • Cuidado con los niños y los sumideros: Hay que tener cuidado con la curiosidad de los más pequeños. Es importante evitar que introduzcan la mano en los sumideros de las piscinas. Pueden quedar atrapados y según la profundidad podría ser terrible.
  • Cuidado con los ojos y el cloro: El agua de las piscinas se trata para garantizar su salubridad pese al calor, el sol y la presencia de partículas orgánicas como polen y polvo. La presencia de cloro puede provocar pequeñas irritaciones en los ojos y en la piel. Usa gafas de bucear y su la piel se irrita demasiado avisa a los socorristas porque podría indicar que el nivel de cloro en el agua es demasiado alto.