Los 'haters' de la reina

"Si te separas, a ti tienen que tratarte mejor que a Lady Di': las 10 bombas de racimo sobre Letizia que suelta Jaime del Burgo en el libro de Peñafiel

El periodista Jaime Peñafiel.

El periodista Jaime Peñafiel. / Levante-EMV

Patrycia Centeno

Pasa en muchos realities. Cuando una persona es atacada con saña por sus compañeros, la audiencia acaba empatizando con su sufrimiento y aislamiento y la convierte en ganadora. Tal vez por ello, a muchos republicanos nos salga últimamente defender a una reina aunque sea intentando no contribuir a ese brutal linchamiento que se antoja orquestado desde Abu Dhabi. Cuando no crees en una institución anacrónica como la monarquía, el defender a la reina no significa blanquear su rol o figura. Son muchas las críticas que se le pueden hacer. Desde cómo una mujer independiente y supuestamente feminista aceptó una corona, por qué tuvo que operarse el rostro (cambiar su personalidad para encajar), el desaire a su suegra en Palma o cómo muchos de sus gestos de control y perfección la muestran distante, altiva o antipática. Pedir explicaciones sobre su relación con el "compiyogui" o la poca transparencia en sus cuentas y ahorros serían preguntas que deberían plantear incluso los más monárquicos para salvar y sanar la institución.

Pero cuando el ataque se construye con tintes de clasismo, machismo y resentimiento; deberíamos desconfiar de la información o por lo menos preguntarnos a qué viene ahora todo esto. De las acusaciones más brutales que he escuchado sobre nadie, la que ha vertido Jaime Peñafiel contra Letizia esta semana se lleva la palma. Según el periodista, la madre de Leonor no es Letizia, sino Érika. Como la reina habría prohibido que su hermana tuviera contacto con la niña, esta se suicidó...

¿Pruebas? Las fuentes "fiables" de Peñafiel, nada más. De hecho, cuando el periodista soltó la bomba en una entrevista en YouTube agitó las manos hacia fuera dejando claro que era un rumor (sólo un rumor). Más allá de dejar caer que la hermana de la reina se quitó la vida por su culpa, asegurar que es infiel con todo bicho viviente, tildarla de "violenta" insinuando que maltrata a Felipe VI y de pedirle que se divorcie porque no ama a su marido; Peñafiel nos recuerda que Juan Carlos fue un rey "excelente" durante 40 años. Admite que humilló a Sofía, pero lo disculpa por su condición genética: "Es Borbón, es follador". Sobre la corrupción, matar elefantes, disparar a su hermano o qué pasó en verdad durante el golpe de Estado, silencio. Curioso, porque el periodista está muy molesto con la prensa española porque ante las acusaciones contra Letizia los periodistas están siendo "muy cortesanos". Que lo diga él y sin reírse, admito que tiene su mérito....

Peñafiel es de esos hombres que cuando recibe a periodistas en su casa los hace subir por la escalera de servicio. En la sala de visitas tiene todos sus recuerdos y "trofeos". Como una foto donde toma por los hombros a Letizia (muy seria) mientras él sonríe a lo Joker. A Peñafiel no le gusta que las plebeyas entren en las Casas Reales. Aún recuerdo cuando en el programa de Maria Teresa Campos ponía el grito en el cielo porque la futura reina de España iba a ser "la nieta de un taxista, una divorciada". Ante el compromiso de Meghan Markle con Harry, añadió "mestiza" a la lista de condiciones indeseables para casarse con un príncipe: "Dicen que estos matrimonios modernizan las monarquías, acercándolas al pueblo cuando, en realidad, se vulgarizan". ¡Toma ya!

En la entrevista bomba a Peñafiel de la que todo el mundo habla, el periodista apunta además a Pedro Sánchez como instigador de toda esta campaña contra Letizia y la Casa Real. Tampoco le gusta el socialista. "Prefiero esta monarquía que a Sánchez como jefe de Estado de una República. Tengo 90 años y ha sido el peor presidente de la historia", confiesa. Sobre Jaime del Burgo, ex cuñado y supuesto amante de Letizia, asegura que actúa por venganza. Sin embargo, advierte: "Le piden que lo demuestre todo siendo más gráfico. Es un error. Que no se lo pidan más". No hay ningún gesto en sus declaraciones que señale que Peñafiel no está siendo sincero, pero no para de frotarse las manos (sacar provecho de algo o alguien)... Por cierto, el libro que promociona Peñafiel se llama Letizia y yo.