El principal imputado era un referente para sus compañeros de la comisaría de Trànsits. Tenía en su haber un número elevadísimo de detenciones de traficantes de drogas de la zona. Tras conocerse cómo conseguía las pruebas para realizar los arrestos, varios de esos detenidos podrían quedar en libertad en un período de tiempo relativamente breve.

Según informaron fuentes jurídicas a Levante-EMV, tanto los letrados de esos reos como la propia fiscal de la causa contra los agentes podrían solicitar la revisión de las detenciones.

Eso se debe a que si se demuestra que las entradas y registros se realizaron de forma ilegal, se habría socavado la presunción de inocencia de los sospechosos y, aunque al final sí que les encontraron droga, la forma de obtener la información para poder realizar las detenciones fue ilegal. Según fuentes conocedores de los hechos, en las escuchas practicadas por los agentes de Asuntos Internos de la policía nacional aparecen, al menos, 15 entradas en casas de forma irregular.

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Las declaraciones de los siete detenidos por pertenecer a una mafia policial fueron clarificadoras para desgranar el "modus operandi" de los principales arrestados. De los cuatro policías imputados, dos accedieron a contestar las preguntas de la fiscal.

El primero fue el agente destina en el grupo de policía judicial de Trànsits. Según pudo saber Levante-EMV, él fue quien contó en primera instancia que el principal imputado, un compañero suyo de comisaría, cogió las llaves de un detenido y entró en el domicilio de éste sin autorización judicial. Pero si esa declaración comenzó a aclarar las cosas, mucho más didáctica fue la del policía destinado en la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Jefatura Superior.

Éste comenzó explicando que el principal implicado se lamentó ante él de que los jueces casi nunca concedían órdenes de entrada y registro a las comisarías de distrito.

Fue entonces cuando comenzó la presunta actividad delictiva del grupo. Al parecer, cuando tenían sospechas de que una persona traficaba la detenían con cualquier excusa peregrina. Luego, la llevaban a comisaría y, allí, el supuesto cabecilla de la trama policial, un oficial, aprovechaba para sustraerle las llaves de su casa y hacerse una copia. Después la dejaban en libertad.

Luego, según explicó el imputado, vigilaban el domicilio del sospechoso y, cuando creían que estaba vacío, los policías entraban en el domicilio ilegalmente, sin orden de entrada y registro alguna. Los agentes comprobaban si había droga. Si la encontraban, redactaban unas diligencias para el juez diciendo que existían indicios para que les autorizara el registro.

Pero, según la declaración del policía, el líder de la trama, el oficial, no siempre pedía los mandamientos de entrada. A veces, dijo, lo que hacía era entrar en los pisos y robar la droga para venderla luego en el mercado negro. En esas ocasiones, afirma, iba acompañado por el agente de la policía autonómica. Al parecer, en alguna de esas "visitas" se toparon con el dueño de la casa dentro y, tal y como consta en al menos una denuncia, el policía autonómico habría agredido a su víctima para reducir su resistencia.

Otra de las anomalías que reveló el funcionario de la Udyco ante la juez fue que, desde que él entró en esa unidad antidrogas, él y los otros integrantes de la trama ahora desarticulada "se pasaban información sobre sospechosos a espaldas de sus jefes", y ello pese a pertenecer a grupos de investigación distintos.

Sobre el tiempo que llevaban realizando ese tipo de actividades hay dudas, ya que, aunque han estado seis meses bajo investigación de Asuntos Internos, lo que se desprende de las declaraciones es que comenzaron hace más de dos años, pues el agente de Udyco hace ese tiempo que abandonó la comisaría de Trànsits.

La declaración de éste fue tan extensa que llegó a contar asuntos que ni siquiera estaban en las diligencias. En concreto explicó que en una ocasión se perdieron dos "bolas de droga" de una operación. Para evitar que el sospechoso quedara libre porque se hubiera roto la cadena de custodia, los policías pusieron droga que les facilitó otro camello.

Tres policías a prisión

La magistrada ordenó el ingreso en prisión de tres de los cuatro policías y de un hombre de nacionalidad dominicana, que fue arrestado con 350 gramos de cocaína, y dejó en libertad con cargos a uno de los agentes y a dos hombres españoles, amigos del agente de la Udyco, a los que se les incautó droga cuando fueron detenidos el viernes. Al parecer, la juez y la fiscal dudaron si enviar al agente a la cárcel. De hecho, su comparecencia de prisión no se firmó hasta pasadas las dos de la madrugada de ayer.