La Policía Nacional cerraba el pasado martes el homicidio de Ramón Antonio H. M. un hombre tiroteado en Quart de Poblet en junio de 2009. El arresto en Sevilla de uno de los presuntos coautores del crimen, Joaquín C., cierra el caso. Esta detención colateral pone punto y final al sufrimiento de Mónica, la mujer del fallecido, que llevaba un año esperando a ver apresadas a las personas que mataron a su esposo.

"Estoy feliz", declaró ayer Mónica a Levante-EMV, aunque acto seguido su voz se quebraba para recordar que, desde que su marido murió, su familia y ella han sido acosadas hasta el punto de que ahora vive escondida de todo y de todos. El porqué de ese acoso tiene mucho que ver con la muerte de su cónyuge.

Según explicó Mónica, Ramón Antonio le presentó a muchas familias de etnia gitana a un conocido suyo, Luis E. R. Éste realizó una estafa piramidal que afectó a varias de esas familias. Su represalia fue tirotear a su marido en la puerta de un concesionario de coches en junio de 2009. Mientras, el estafador permanece huido. Desde la muerte de su esposo, Mónica ha visto cómo los afectados por la estafa han intentado quemarle la casa, agredirla e incluso secuestrar a sus hijos.

El único consuelo que le queda a la mujer de Ramón Antonio es pensar que los presuntos asesinos de su marido están detenidos. "Yo no quiero venganza, no soy como ellos. Sólo quiero que cumplan la pena", dijo.

El último detenido es el padre de los otros dos arrestados por el crimen. Según aseveró Mónica, además de la imputación por la muerte de su marido, los tres apresados tienen causas pendientes por tráfico de drogas. "Me gustaría que cumpliesen las penas por las drogas y, después, los 20 años de cárcel que merecen por el asesinato", concluyó.