El presunto capo colombiano León Ancízar Y. M., cabecilla de una red de narcotráfico que presuntamente introdujo en el país 424 kilos de cocaína a través del Puerto de Valencia, declaró ayer en el Juzgado de Instrucción número 12 de Valencia tras ser extraditado desde su país natal, donde se encontraba preso. El presunto narco, de 59 años, negó su vinculación con el alijo incautado en un municipio próximo a Madrid en enero de 2013 y alegó que no conoce al resto de los once acusados por estos hechos, a excepción de uno de ellos, con el que reconoce que mantuvo una conversación pero que nada tiene que ver con el transporte de la mercancía ilegal.
La droga, que llegó a España en un barco procedente de Paraguay, iba oculta en sacos de carbón vegetal. Una vez descargada en los muelles valencianos, la mercancía fue transportada por vía terrestre hasta una nave situada en el madrileño municipio de Humanes. Fue entonces cuando la Guardia Civil, que había hecho un seguimiento de la mercancía, sorprendió a varias personas descargando la droga. A estos detenidos se sumaron posteriormente otros presuntos miembros de la organización, entre ellos el ahora extraditado, que fue capturado en Cali (Colombia) en febrero de este mismo año, como adelantó en exclusiva Levante-EMV.
El Juzgado de Instrucción número 19 de Valencia, encargado del caso, solicitó la extradición del narco arrestado en Colombia, presunto cabecilla de la organización, pero no ha sido hasta ahora, siete meses después, cuando se ha hecho efectivo este proceso para que el acusado pudiera rendir cuentas ante la Justicia española.
Tras el interrogatorio practicado ayer en la Ciudad de la Justicia de Valencia, el juez decretó el ingreso en prisión provisional de León Ancízar Y. M. acusado de un delito contra la salud pública. En esta misma causa permanecen imputados otras once personas pero la mayor parte de ellos ha ido saliendo en libertad provisional conforme avanzaba la instrucción a la espera de juicio.
Los 424 kilos de cocaína llegaron al Puerto de Valencia en enero de 2013 en un contenedor procedente de Asunción (Paraguay). La mercancía, que iba camuflada en sacos de carbón vegetal, llegó hasta Madrid, después de una entrega controlada para pillar al resto de la organización de narcos.
