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Tribunales

Condenado en Alicante por pegar a su madre porque no le daba la clave del wif i

El juez le ha impuesto 60 días de trabajo en beneficio de la comunidad y una orden de alejamiento de ocho meses

Hay quienes hacen lo que sea para no estar sin cobertura de internet. Un juzgado de Alicante ha condenado a un joven por agredir a su madre después de una acalorada discusión porque no le daba las claves del wifi, según la sentencia a la que ha tenido acceso este diario. El fallo le impone sesenta días de trabajo en beneficio de la comunidad, así como una orden de alejamiento que le impide acercarse a menos de 100 metros o contactar por cualquier medio con su madre durante ocho meses. La resolución le prohíbe expresamente portar arma alguna durante un plazo de 16 meses.

El juicio se cerró con una conformidad en la que el acusado, que es mayor de edad y convivía con su madre, se declaró culpable de los cargos y se conformó con la condena que le reclamaba la Fiscalía. Un suceso que se inscribe dentro de la cada vez más creciente escalada de agresiones de hijos a padres.

Acuerdo de conformidad

Los hechos ocurrieron pasada la medianoche del 25 de mayo de 2015 en el domicilio familiar sito en la ciudad de Alicante. El fallo declara probado que madre e hijo iniciaron una discusión porque ella no quería decirle cuál era la clave para conectarse a la red wifi de la casa. Durante la discusión, el joven empezó a decir a su madre que «eres una puta, que quiero el wifi». El acusado la cogió de los hombros y empezó a zarandearla varias veces de un lado a otro. La agresión no causó lesiones a la madre, según consta en el fallo, ni tampoco se dice nada sobre que ella agrediera a su hijo.

El joven fue acusado de un delito de malos tratos en el ámbito familiar y se conformó al día siguiente en un juicio rápido celebrado en el juzgado de guardia. La sentencia se limita a recoger el acuerdo alcanzado en el juzgado de guardia y las diligencias se han remitido a un juzgado de lo Penal que deberá controlar ahora que se cumple lo que se ha dictado en el fallo. Tras haberse cerrado con un acuerdo, el fallo es firme y contra él no cabe recurso alguno.

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