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Tribunales

«Me hicieron vudú y me amenazaban con que moriría si no me prostituía»

Juzgan a una mujer por introducir de forma ilegal a una compatriota desde Nigeria y obligarla a prostituirse en Gandia bajo amenazas rituales

«Me hicieron un rito de vudú y me amenazaban con que moriría si no me dedicaba a la prostitución y les devolvía el dinero que les debía». Una mujer de 31 años, testigo protegida de la justicia, explicó ayer ante la sección cuarta de la Audiencia de Valencia el calvario que le tocó vivir durante cinco años, prostituyéndose cada día en las calles de Gandia, para saldar la presunta deuda que debía a una compatriota.

La mujer, que declaró en inglés y con voz suave, protegida tras una mampara, explicó de forma entrecortada (por las continuas interrupciones ante la necesidad de traducir al tribunal su declaración) el tenebroso periplo que le tocó vivir desde su Nigeria natal hasta Gandia, donde llegó en 2009 con la promesa de ser peluquera, aunque su destino real fue la calle.

Junto a ella, en el banquillo de los acusados, Josephine M., la mujer a la que la Fiscalía acusa de engañar a la testigo protegida y obligarla a prostituirse durante cinco años en la capital de la Safor. Josephine M. se enfrenta a catorce años de prisión: diez por un delito de inmigración clandestina de personas y cuatro años más por otro delito de determinación de la prostitución. Josephine M. que también admitió haber trabajado en la calle hasta 2009, aunque ahora trabaja en una tienda, se ha casado y tiene una hija, negó haber participado en todos los hechos de los que le acusa la Fiscalía. «Nunca he hecho eso. Ella [en referencia a la testigo] tiene mucha envidia de mi. Quiere hacerme daño». Otras dos compatriotas también denunciaron a Josephine por los mismos hechos, aunque ambas denuncias se archivaron.

La testigo protegida relató al tribunal que la acusada le exigía una deuda de 40.000 euros por traerla a España y garantizarle un trabajo. Antes de salir de Nigeria le practicaron un rito vudú «(cortándole pelo de la cabeza, vello púbico y de las axilas y uñas», según la Fiscalía) para tenerla «atemorizada» y garantizar que viniera a España y, una vez en Gandia, se prostituyera. La mujer viajó primero para superar la delicada situación económica que atravesaba en su país natal. Cuando supo que debía prostituirse se negó. «Pero me obligaron a hacerlo con el vudú: me amenazaron con que moriría. También a mi familia. El vudú mata a la gente. Tengo miedo del vudú». Por eso, justificó ante el tribunal que no denunciara durante cinco años. Sólo comunicó los hechos a la policía cuando fue detenida, ingresada en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE), e iba a ser deportada a Nigeria. «Es habitual entre estas mujeres», declaró el Policía Nacional que atendió su denuncia. «No denuncian por miedo a ser expulsadas y a la policía, porque están en situación ilegal en España». La defensa de Josephine M. sugirió en el interrogatorio que la denunciante persigue evitar su expulsión y conseguir la nacionalidad.

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