La fiesta de la Noche de San Juan en la playa de la Malva-rosa de Valencia acabó el pasado año en tragedia. Corneliu Adrián Mereuta, de 23 años y origen rumano, fue asesinado de una cuchillada en la espalda después de que tratara de mediar en una discusión para que un grupo de jóvenes españoles dejaran de golpear a un compatriota de éste. Cuando la víctima trataba de escapar corriendo hacia el paseo marítimo, tres de sus agresores lo alcanzaron y le comenzaron a propinar todo tipo de golpes. «Cuando se arrastraba por la arena y sin posibilidad alguna de defenderse», según sostiene el Ministerio Fiscal, uno de ellos, menor de edad en el momento de los hechos, le asestó una puñalada en la región dorsal izquierda que acabó con su vida.

Un juzgado de Menores de Valencia juzga desde el pasado viernes al presunto autor material de esta cuchillada mortal, quien en la actualidad tiene 18 años pero al que afecta la Ley del Menor ya que cuando se produjo el crimen aún contaba con 17 años. La Fiscalía solicita para el acusado una pena de ocho años de internamiento en régimen cerrado y cinco más de libertad vigilada por un delito de asesinato, al apreciar la circunstancia agravante de alevosía, ya que la víctima se encontraba huyendo de espaldas cuando fue acuchillado a traición.

El juicio, a puerta cerrada y bajo grandes medidas de seguridad, prosigue hoy con la declaración de más testigos y de los médicos forenses. En la primera sesión de la vista oral el acusado se limitó a negar los hechos, incluso insistió en que no estaba presente en la discusión y posterior pelea esa madrugada del 24 de junio de 2015. Así, cuando fue preguntado por las lesiones que presentaba en el momento de su detención, el joven trató de argumentar que había sido agredido en la zona del paseo, junto a la playa de la Malva-rosa, pero que nada tenía que ver con lo ocurrido en la arena y que nunca había visto el rostro del fallecido hasta que la policía le enseñó su fotografía.

No obstante, testigos protegidos sitúan al presunto asesino en el lugar de los hechos, e incluso lo identifican como el autor de la cuchillada mortal. El arma homicida, de unos 15 centímetros de hoja, nunca pudo ser localizada, aunque la policía halló en las inmediaciones otra navaja que también pudo ser esgrimida en la pelea.

Además de esta causa que se juzga en menores también hay un proceso abierto contra otros tres adultos, uno de ellos imputado por participar en la agresión y dos chicas por encubrimiento. El joven acusado del asesinato permanece en un centro de menores desde el día de su detención, aunque en breve finaliza el plazo máximo de internamiento y podría quedar libre si no hay un sentencia antes.