Síguenos en redes sociales:

La red de Kakhaber reactivó la mafia rusa en toda Europa

Un agente explica cómo el líder envió sicarios para matar a un rival en Niza y asumir todo el poder del crimen organizado

Los diecinueve acusados en el juicio de la operación Java detenidos en 2010 por la Policía española formaban una banda, integrada en su mayoría por georgianos, que llenó un «vacío de poder» generado en la mafia rusa y de la antigua URSS para controlar la criminalidad en toda Europa.

Esta es una de las conclusiones que expuso ayer en su declaración como testigo el coordinador del dispositivo que llevó a cabo la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional en la vista que celebra la Audiencia Nacional contra 16 de los 20 acusados iniciales -tres se han fugado y un cuarto murió-. Al menos seis de ellos, entre los que está el contable de la banda, vivían en Valencia, Cullera, Gandia y Alicante.

La Fiscalía pide penas de hasta 32 años de cárcel para los acusados por varios delitos, entre ellos dos intentos de asesinato, estafas y falsificación de tarjetas. Entre los acusados está el presunto capo en España de la mafia ruso-georgiana, Kakhaber Shushanashvili, alias Kakha.

El coordinador de la investigación explicó que seguían la pista de esta red desde 2005 y que tras el golpe policial a las mafias rusas que supuso la «Operación Avispa», con la detención del «Vor v Zakone» Zakhar Kalashov, llegaron Kakha y su gente con la intención de ocupar ese liderazgo en toda Europa. Para ello, trató de matar a uno de sus rivales, otro georgiano asentado en Niza, en enero de 2010. Un problema para recibir el arma homicida les hizo fracasar entonces, aunque dos meses después el capo acabó siendo asesinado a tiros en otra acción.

Pulsa para ver más contenido para ti