La Policía Nacional investiga el homicidio de un hombre de 32 años y de nacionalidad italiana que fue hallado muerto en el interior del portal de un edificio de la calle Juan Bautista Llovera, del barrio valenciano de El Grao, en la madrugada de ayer.

La víctima, Marcello C., que fue encontrada por un vecino que regresaba a su domicilio, presentaba signos de estrangulamiento con algún tipo de cordel, tal como confirmaron fuentes de toda solvencia a Levante-EMV.

El descubrimiento del cadáver se produjo sobre las 4:30 horas, aunque se desconoce cuánto tiempo llevaba el cuerpo en el patio sin que nadie se diera cuenta.

Tras registrar el cadáver, que no llevaba documentación, se encontró un juego de llaves que abrían una de las viviendas del edificio donde se encontró el cuerpo.

Marcello residía desde hacía unos meses en una habitación de la vivienda, en cuyo interior dormían los compañeros de piso de la víctima. Los agentes despertaron al resto de inquilinos y registraron el dormitorio del fallecido, donde hallaron su documentación.

La policía científica tomó huellas en todos los puntos de la escena del crimen susceptibles de haber sido tocados por el autor. Tanto la persona que halló el cadáver como los compañeros de piso fueron interrogados durante el día de ayer, en un intento de reconstruir las últimas horas de vida de Marcello.

En este sentido los miembros del grupo de Homicidios están investigando los registros del teléfono móvil para determinar con quién había quedado y en qué lugares había estado en las horas previas a su muerte.

Sin descartar ninguna hipótesis, la policía se centra en el entorno de la víctima dado el método empleado para matarlo, que denota que entre víctima y autor existía algún tipo de vínculo previo.

El cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de València donde hoy se le practicará la autopsia para confirmar las primeras sospechas del forense de guardia y determinar si existen otras señales de violencia en el cuerpo fruto de una lucha previa.

Un vecino problemático

Según algunos vecinos al parecer se trataba de un inquilino problemático ya que, tal como comentaron a este periódico, «ésta era una finca muy tranquila hasta que llegaron estos nuevos residentes». Las molestias eran constantes por el vaivén de personas ajenas a la comunidad y escándalos varios en la residencia del fallecido.

Al cierre de esta edición, tal como confirmaron fuentes de la Jefatura Superior de Policía de València, no se había producido ninguna detención y se continúa con las investigaciones.