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Rescate

Cómo un día de 'paddle surf' en Xàbia acaba en dramático rescate

El Helimer 202 se metió en el hueco entre los acantilados de la cala de En Caló para sacar a los atrapados. Olas de dos metros que golpeaban con furia las rocas impedían el rescate por mar

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Salvamento Marítimo rescata a 22 atrapados en una cala de Xàbia

Los 26 turistas, entre los que había españoles, alemanes o británicos, llegaron por la mañana a la playa de la Granadella de Xàbia en un minibús que salió de València. El plan era perfecto. Iban a llegar a remo con las tablas de paddle surf a la Cova del Llop Marí. Allí comerían (llevaban bocadillos) y regresarían sobre las 14 horas. En la excursión participaban incluso familias con dos menores. Eso sí, el responsable del grupo ignoró los partes meteorológicos que anunciaban preemergencia por viento y nivel amarillo por fenómenos costeros.

Los turistas, equipados todos con neoprenos, pero que tampoco eran experimentados surferos, dieron unas primeras y plácidas paladas. El agua en la ensenada de la cala de la Granadella estaba tranquila. Fue girar al norte y toparse con el oleaje, todavía incipiente, y las rachas de viento. Una joven turista decidió entonces volver. Y fue ella la que, pasadas las 16 horas, preocupada por que sus compañeros debían haber regresado dos horas antes, dio la voz de alarma y activó el operativo de rescate.

La excursión se volvió dramática. El grupo se disgregó en tres. Diecinueve surferos se refugiaron a duras penas en la cala de En Caló, que no tiene acceso por tierra. Allí encontraron olas de dos metros que rompían con furia contra las rocas. Dos excursionistas sufrieron roturas de costillas. Todos salieron magullados. En ese grupo, iba un menor. Imposible escapar. El temporal los confinó en una estrecho espacio entre las olas y el acantilado.

Mientras, una mujer que se rompió el brazo al lanzarla una ola contra las rocas, su hija, que sufrió una herida abierta en la cabeza, y otro adulto se subieron a las piedras de una pesquera, en un recodo litoral que está entre En Caló y la Granadella.

Los expertos en rescates consultados hoy han indicado que este agreste tramo litoral es, probablemente, el peor en todo el litoral valenciano para hacer rescates. La embarcación de Salvamento Marítimo con base en Xàbia, la Salvamar Diphda, y el helicóptero Helimer 202 ya se dirigían a la zona sobre las 16.30 horas. El operativo se activó a toda velocidad para aprovechar el poco tiempo que quedaba de luz solar.

El Helimer acudió primero a por los tres atrapados en las rocas de la pesquera. La mujer del brazo fracturado había improvisado un cabestrillo. Los rescatadores del helicóptero subieron una a una a estas tres personas. El marido de la lesionada y padre de la niña se había quedado en el grupo atrapado en En Caló. Mientras, otros tres surfistas llegaron a la Granadella por sus propios medios.

El helicóptero pudo subir en el mismo viaje a otras cuatro personas de En Caló. Entrar en el estrecho espacio de los acantilados fue angustioso. El piloto demostró una enorme pericia. Luego también fue complicado mantener estable la canasta en la que se se subía a la aeronave a los rescatados. El viento la zarandeaba.

A esos primeros 7 rescatados, el helicóptero los trasladó al aeropuerto de El Altet, en Alicante. Allí la aeronave repostó. Esa primera evacuación todavía se pudo hacer con algo de luz natural. El resto de la operación ya se realizó cuando había caído la noche.

El Helimer regresó y sacó a tres chicas de en En Caló. Las llevó hasta la Salvamar Diphda. Luego sacó a más atrapados. Mientras la embarcación trasladaba a las tres turistas al puerto, donde Protección Civil esperaba para asistirlas, el helicóptero puso rumbo a Manises, donde dejó sanos y salvos al nuevo grupo de rescatados. Repostó y regresó a la cala a sacar a las últimas cuatro personas. Las evacuó ya sobre la medianoche. Las llevó también a Manises.

El responsable del grupo se comunicaba por radio con la embarcación y el helicóptero de Salvamento Marítimo. Mientras, los especialistas del Grupo de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil sí entraron a nado en En Caló. Llevaron a los atrapados mantas térmicas y agua. Se llegó a valorar que pasaran todos allí la noche. Pero se optó por sacarlos en helicóptero. Los expertos de la Guardia Civil vieron inviable llevarlos a nado hasta su embarcación. Los atrapados estaban magullados, exhaustos y aterrorizados. También empezaban ya a sufrir hipotermia. Varios de los rescatados, por la angustia y el miedo, no paraban de vomitar.

La excursión a remo a comerse un bocadillo en la Cova del Llop Marí acabó en dramático rescate. A los 22 rescatados le costará volver a coger la tabla de paddle surf y salir a remar al mar. Las alertas meteorológicas son para tomárselas muy en serio.

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