Un hombre de 49 años, conocido como ´El Cabra´, está siendo juzgado en la Audiencia Provincial de València acusado de haber violado de forma repetida a una menor de trece años que se había escapado del centro de recepción de Buñol. El Ministerio Fiscal solicita para el procesado una pena de once años de prisión por un delito continuado de abusos sexuales a persona menor de 16 años.

La víctima, que ahora tiene quince años, ha declarado detrás de un biombo, para no tener que enfrentarse de nuevo con el rostro de su presunto agresor, cómo éste, al que conocía por ser familiar de una compañera del centro, la forzó a mantener relaciones sexuales después de llevarlas a ambas en su furgoneta hasta el domicilio del acusado, en la localidad de Algemesí.

En otro encuentro que tuvieron en la cementera abandonada de Buñol, donde supuestamente también abusó de la adolescente, la menor ha afirmado en la vista oral que en ese lugar no llegó a tener ningún contacto físico con el acusado, pese a lo que inicialmente declaró en instrucción.

Por su parte, el acusado ha insistido en defender su inocencia. "Perdí a mi hija muerta con diez años y jamás tocaría a una niña", remarcó el procesado, quien niega haber abusado de la menor e incluso haberse quedado a solas con ella, ni en su casa ni en la cementera, a la que asegura no haberlas llevado.

Los hechos ocurrieron entre finales de octubre y principios de noviembre de 2017 cuando el procesado. Según sostiene el acusado, en ocasiones iba a visitar a su sobrina, interna en en centro de Buñol, porque la ha criado y es como una hija para él. En una de estas ocasiones se fue con ella y dos amigas de ésta a tomar algo a un bar de la localidad.

Respecto a si las llevó a su casa de Algemesí, donde la víctima asegura que se quedó a dormir y pasó tres días tras fugarse del centro, el acusado sostiene que apenas estuvieron media hora en el domicilio, al que fueron para pedirle dinero. "Mi único delito fue darles dinero", reconoce el acusado. De hecho atribuye la denuncia a una discusión que tuvo su sobrina con la supuesta víctima, a quien recriminaba haberle quitado 40 euros que dejó encima de la mesa su tío. "Mi sobrina le pegó y ella dijo que se iba a vengar", argumenta.

La Guardia Civil tuvo conocimiento de los hechos el 6 de noviembre de 2017 después de que la menor le contara lo ocurrido a una educadora del centro de menores de Buñol. Asimismo, cuatro días después la víctima, asistida por el director de otro centro de acogida de Campanar, presentó la pertinente denuncia.