?Wafaa llegó a España hace nueve años, con 11. Su madre, que ya llevaba desde 2006 trabajando en València, se la trajo a ella y a su hermano, de 8 años entonces. El tercero aún no había nacido. La niña se adaptó sin problemas y llevó bien sus estudios hasta que empezó a flaquear en la ESO. Decidió dejarlos, pero ahora iba a volver. «Quería ser azafata. Trabajaba para ahorrar y poder pagárselo. Ya había mirado una escuela privada en Manises», explica su madre. Volar no es su única pasión. Como tantas otras jóvenes de su edad, ama «la música, salir con sus amigas, traerlas a mi casa, que siempre ha estado abierta para todas, algo de deporte e ir de compras. Como cualquier chica». Y a los animales: «Los gatos y también los perros. Es todo amor. Risueña, amable y muy, muy cariñosa. Solo quiero que vuelva pronto».