Más de 2.500 plantas de marihuana cortadas y 110 kilos de cogollos ya recolectados y secos es el 'botín' obtenido hoy por la Policía Nacional al desmantelar el mayor y más sofisticado cultivo hidropónico industrial de esa sustancia hallado hasta ahora en València. La operación policial, desarrollada esta mañana en una nave industrial de Foios, ha permitido la detención de las tres personas encargadas por la organización de la custodia y cultivo de la droga.

La investigación policial, llevada a cabo por agentes de Policía Judicial de Xirivella y del grupo de Crimen Organizado de la Udyco de València, nació de una información en la que se alertaba de la posible existencia de un criadero de marihuana en una nave industrial sita en el casco urbano de esa población de l'Horta Nord, concretamente en la calle Alcalde José Ridaura.

La operación, desarrollada bajo la atenta mirada de muchos vecinos que fueron testigos de la acción policial desde sus ventanas y balcones, dio comienzo poco antes de las 9.30 horas. Cinco furgones de la Unidad de Prevención y Respuesta (UPR) aparcaron en la calle y se desplegaron para entrar en la nave cuando lo determinaron los investigadores.

De hecho, varios vecinos han confirmado a Levante-EMV que la entrada en el almacén se demoró unos minutos, ya que los agentes entraron inicialmente en otra nave ajena al cutivo de marihuana que, por lo visto, tenía la misma referencia catastral.

Una vez dentro, los policías detuvieron a tres hombres de 23, 25 y 31 años, todos ellos de nacionalidad albanesa, a quienes la organización tenía esclavizados dentro de la nave, ya que vivían y dormían hacinados en un cuarto donde, además de las tres camas individuales, tenían una pequeña cocina donde preparaban sus alimentos. «Solían comprar una vez a la semana en el supermercado que hay aquí al lado», explicó un vecino que había reparado en ellos dentro del establecimiento comercial, aunque desconocía «que estuviesen dedicándose a eso, claro».

La mayor parte de ese cuarto donde dormían y cocinaban estaba ocupado por una instalación provisional en la que había 479 planteles de marihuana. Para evitar que fuera visible desde el exterior, tenían todas las ventanas de la nave cubiertas con sábanas o fieltro negro.

En el interior, los agentes encontraron alrededor de 2.500 plantas de marihuana, ya cortadas y en fase de secado, así como los 110 kilos de cogollos ya secos y listos para su venta procedentes de las plantas cosechadas. Todo apunta a que la mayor parte de la producción, como es habitual en este tipo de cultivos industriales, estuviese destinada a países del Este de Europa, donde el precio de la marihuana en ocasiones hasta duplica el de España.

Sistema muy sofisticado

El sistema de cultivo era altamente sofisticado. Al tratarse de un invernadero hidropónico, las plantas se cultivaban sin tierra, dentro de tuberías perforadas a las que se hacía llegar el fertilizante ya disuelto en agua a través de un sistema de riego por goteo y una bomba de propulsión. De hecho, el abono estaba ya disuelto en agua y preparado en el interior de un aljibe construido con bloques de hormigón en la planta baja, mientras que el criadero con las plantas estaba en el piso superior, por lo que era necesaria la bomba para hacerles llegar la mezcla.

La instalación contaba también con más de 120 focos de alta potencia con transformador, unas 20 unidades de frío y cinco filtros de gran tamaño, para evitar salida de olores, que se nutría todo ello de un enganche ilegal a la red eléctrica, como es habitual en este tipo de fábricas de marihuana.

La intervención policial se realizó bajo la supervisión del juez de Instrucción número 2 de Moncada, que tiene previsto recibir hoy a los tres detenidos, que al parecer no tenían antecedentes policiales. Según varios testigos, la Policía se llevó la marihuana y el resto de efectos intervenidos dentro de la nave a bordo de varias furgonetas.