La Marina Alta, una comarca históricamente muy castigada por el fuego, lleva un mes de agosto en el que se suceden los incendios. No hay tregua. Ayer se declararon dos, uno en la Vall de Laguar, que arrasó hectárea y media de bosque, y otro en les Valls del Montgó, en Xàbia, que devoró una espesa pinada. Este último se originó a las 19 horas. Los aviones y helicópteros de extinción apuraron las últimas horas de luz para luchar contra las llamas. Al cierre de esta edición, el fuego no estaba extinguido. En un primer momento, no hubo desalojos. Pero los vecinos estaban alerta por si debían abandonar sus casas a toda prisa.

Con estos dos incendios son siete los que se han desatado en la comarca en apenas tres días. La pesadilla del fuego comenzó el segundo fin de semana de agosto, cuando en la Vall de la Gallinera ardieron 158 hectáreas de gran valor natural. Hasta ahora es el incendio más grave de lo que va de verano en la Comunitat Valenciana. Ese fin de semana también hubo fuegos en Castell de Castells (16 hectáreas), Els Poblets, Verger y la Vall de Laguar. Los bomberos sofocaron rápidamente estos últimos incendios, así como el que se declaró en Castell de Guadalest, en la Marina Baixa, pero que estaba en un radio de 30 kilómetros respecto a los de Castell de Castells y Laguar.

Este último fin de semana también se ha repetido la cadena de incendios. El sábado, a las 16 horas, se declaró un fuego en el paraje de la Rana de Gata de Gorgos. Las llamas dañaron gravemente un monumento natural, un eucalipto de 30 metros de alto y plantado en 1915. En la mañana del domingo se originó otro incendio en este paraje. Las llamas estaban separadas del foco del sábado y, en principio, se descartó que un rescoldo se hubiera reavivado. Antes había habido un fuego en Orba y, después del de Gata, se desataron incendios, apagados, eso sí, rápidamente, en una pinada litoral de la Falzia de Xàbia y en Xaló. Mientras, ayer, un nuevo siniestro en la Vall de Laguar, en concreto en el paraje del Collao de Benimaurell, arrasó hectárea y media de sotobosque y bosque. Este incendio estaba muy cerca del que arrasó el primer fin de semana de agosto 16 hectáreas en Pla de Petracos de Castell de Castells. Por la tarde, el fuego regresó a Xàbia. No hay respiro.

Preocupación

La Agencia Valenciana de Seguridad y Emergencias está muy preocupada por la sucesión de incendios en la Marina Alta. Ha pedido al Seprona de la Guardia Civil que extreme la vigilancia para tratar de sorprender al supuesto incendiario. Eso sí, desde la Agencia se insiste en que no está clara esta hipótesis. Lo que sí resulta evidente es que la mano del hombre está detrás.

Los incendios junto a carreteras, como son los que se han declarado en los últimos días, se suelen originar por la negligencia de arrojar a la cuneta una colilla. Las colillas, de hecho, ya han dado en la Marina Alta grandes disgustos. Un cigarrillo tirado en el mirador del Puig de la Llorença de Benitatxell inició el incendio que en 2016 arrasó 812 hectáreas de la Granadella de Xàbia y obligó a desalojar a miles de vecinos.

No obstante, esa reiteración de incendios los fines de semana e incluso que prendan junto a las cunetas también dan fuerza a la sospecha del incendiario. Iniciar el fuego junto a una carretera le ofrece la posibilidad de huir a escape. Los dos incendios en menos de 24 horas en la Rana de Gata sí que parecen intencionados. El alcalde, Josep Francesc Signes, expresó el domingo a este diario su sospecha de que los hubiera causado un incendiario. El caso es que las llamas devoraron un paraje de gran valor natural e histórico y al que los vecinos de Gata le tienen un enorme apego.

Otro indicio de que puede haber un incendiario es la hora en la que se declararon los siniestros. Los de Castell de Castells, Laguar y Castell de Gualalest del primer fin de semana se iniciaron en un lapso temporal compatible con que el autor se hubiera desplazado de un lugar a otro en coche. Los de Orba, Gata y Xaló también se originaron de forma consecutiva.