El control obsesivo al que sometía el sospechoso a su pareja llegaba hasta tal punto que las amigas de Yesica Daniela reconocen que últimamente solo podían quedar con ella si Janner no estaba en casa o se encontraba trabajando. Aunque en la pizzería donde trabajó durante unos meses el presunto asesino aseguran que ya no trabajaba para ellos, el entorno de la víctima explica que Janner le decía a Yesica que se marchaba a trabajar a la pizzería y que los miércoles no podía quedar con ellos porque era el día que él libraba. Además, cuando se enteraba que Yesica había salido le mandaba mensajes y llamadas indagando con quién estaba la joven.