El salón de actos de la Ciudad de la Justicia de Castelló albergó ayer la segunda sesión del juicio al entrenador de gimnasia rítmica de Betxí, acusado de abusos sexuales a menores, por los que la Fiscalía solicita 28 años de cárcel. En la jornada de ayer, dos antiguas alumnas del club de gimnasia local relataron ante el tribunal los supuestos abusos sufridos cuando eran menores de edad. Estos tocamientos de índole sexual se concretaban a la hora de realizar los masajes a sus alumnas.

El acusado, que también era conserje en el pabellón municipal, solía seguir un patrón similar. También con las víctimas que son todavía menores y declararon a puerta cerrada. Según los testimonios de las agredidas, el presunto abusador sexual aprovechaba los masajes a sus discípulas para frotar un pie sobre sus genitales, en ocasiones llegando supuestamente a la eyaculación. Ambas víctimas sostuvieron que dichos masajes se los hacía sin su consentimiento, ni con la titulación para hacerlos.

Relación de dependencia

Estos dos casos se han revelado a raíz de la denuncia inicial de una menor, en el año 2017, y la posterior investigación. «Yo no quería que nadie supiera lo que me había pasado, pero si estoy aquí es para contar la verdad», dijo una de las víctimas que sufrió los abusos desde que empezó a entrenar en el club, a los 14 años, y relató la relación de «dependencia» que tejió con el entrenador, que la llevaba cada día a entrenar. «Yo le trataba como un padre porque no tuve y él era la única persona que me cuidaba», indicó. Pero lo que sucedía a la hora de los masajes le daba «asco». La víctima incluso manifestó que consideraba que «eran el precio a pagar» por poder dedicarse a la gimnasia.

La segunda exgimnasta que declaró ayer también empezó a entrenar en Betxí a los 14 años. Declaró que los masajes que le daba el entrenador «no eran iguales» que los que recibía de los fisioterapeutas. Explicó que colocaba el pie sobre la silla, el acusado se sentaba en la misma y «notaba sus partes íntimas», en ocasiones «duras» y en otras «mojadas». Los masajes se realizaban a veces en el llamado «cuarto de la lámpara», donde estaban a solas, y otras en la zona común de entrenamiento.

También declararon una serie de responsables y agentes de la Guardia Civil, que llevaron a cabo las exploraciones y registros. Destacó también en la sesión de ayer la explicación sobre la negativa de una menor a declarar, cuyo testimonio era «importante», condicionada por su padre, que tachó la investigación de «complot» contra el entrenador.

El brigada jefe del grupo de homicidios y delitos violentos de la Guardia Civil de Castelló indicó que esta menor era «muy comentada en los relatos de las otras», y había «indicios más que evidentes» de los supuestos abusos. Tanto como víctima como testigo «era muy importante». Asimismo, el investigador destacó que le sorprendió encontrar una «escopeta recortada y cargada» durante el registro de la casa del acusado. El juicio continúa con las declaraciones del alcalde de Betxí Alfred Remolar y la seleccionadora nacional Lucía Guisado.

El entrenador juzgado en la Audiencia Provincial de Castelló se enfrenta a 28 años de prisión, pena que solicita el Ministerio Fiscal, por cinco delitos de abusos sexuales a víctimas menores de 16 años.

Detenido por violar a su hija desde hace cinco años

La Policía Nacional ha detenido en Valencia a un hombre de 48 años, como presunto autor de un delito de agresión sexual a su hija. Al parecer, estas agresiones se venían produciendo desde hacía cinco años, cuando la víctima era menor de edad. El detenido, que ya ha ingresado en prisión, ejercía un fuerte control sobre su hija.