El empresario sirio nacionalizado holandés Ammar T., acusado de dirigir en la provincia de Alicante una red que enviaba armas, dinero, material militar y precursores para explosivos a grupos yihadistas en Siria e Irak, defendió ayer en la Audiencia Nacional su inocencia durante cuatro horas de declaración.

Negó haber enviado nada ilegal camuflado en los contenedores de ropa usada que exportaba y dijo que tanto los uniformes intervenidos como el resto de ropa usada era para personal civil. Además, aseguró que sus comentarios en redes sociales siempre han sido «contra el terrorismo, nunca para alabarlo». Ammar T., de 48 años, fue el único de los siete acusados que declaró ayer en la Audiencia Nacional en la primera de las once sesiones previstas hasta mediados de abril para enjuiciar a una organización desarticulada por la Policía Nacional en febrero de 2016 en Cocentaina, Muro, Crevillent, Alcoy, Alicante, l’Alqueria d’Asnar, Alicante y Ceuta. Durante su declaración, relató que salió de Siria en 1991, cuando tenía 18 años, y tras vivir en Bélgica y Holanda, donde ya trabajaba en el negocio de la compraventa de ropa usada, se trasladó hace una década a España y montó una empresa similar en Cocentaina, Alcoi y Crevillent, donde fue detenido.

Unos 20.000 uniformes

Según el acusado, su empresa manejaba diez toneladas de ropa usada a la semana y sobre los 20.000 uniformes militares que la Policía intervino en contenedores registrados en el puerto de València, el empresario sirio aseguró que dicha ropa usada fue adquirida a Cáritas y a Cruz Roja.