Ni la tableta del presunto asesino ni la tapicería del coche del que intentó deshacerse y en el que llevó a Marta Calvo hasta su casa, en Manuel, la madrugada del 7 de noviembre de 2019, han aportado nuevas pistas que ayuden a la Guardia Civil a localizar el cuerpo de la chica o a aumentar las certezas sobre qué ocurrió el día en que murió la joven de Estivella y qué pasó con su cadáver en las horas siguientes.

Los resultados conocidos ahora provienen de dos de las pruebas que estaban pendientes. Una de ellas fue la segunda inspección a la que fue sometido el Volkswagen Passat de Jorge Ignacio P. J. —uno de los vehículos que usaba— el pasado 26 de noviembre.

El vehículo ya había sido inspeccionado por el Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil de València un año antes, después de que agentes del grupo de Homicidios lo localizaran en una nave del Puig cuando el hombre que lo había recibido del sospechoso iba a despiezarlo. Esa primera revisión no permitió encontrar ninguna evidencia criminalmente relevante.

Sin embargo, había quedado pendiente inspeccionar el coche con la ayuda de perros adiestrados en la detección de restos cadavéricos, por lo que la Guardia Civil pidió permiso al juez para realizar esa nueva búsqueda, diligencia que se practicó en noviembre pasado en el depósito de vehículos judiciales de Cheste.

Los dos perros que participaron en el rastreo marcaron, aunque levemente, dos puntos en el maletero. Los agentes optaron por cortar parte de la tapicería y llevarla a Madrid, para someter las piezas a análisis biológicos.

Según la agencia Efe, la Guardia Civil habría concluido que esas muestras son «irrelevantes» para la investigación, sin concretar más acerca de su naturaleza.

El mismo resultado habría tenido el análisis de la tableta de Jorge Ignacio P. J. que este habría entregado a su madre el fin de semana posterior al asesinato de Marta. Tal como ha venido publicando Levante-EMV, la madre viajó de Palma de Mallorca, donde reside, a l’Olleria, donde tenía su piso alquilado el presunto asesino, para pasar con él el fin de semana del 8 al 10 de noviembre de 2019. La mujer se llevó a Palma el iPad de su hijo, así como el router y varias prendas de ropa. Las devolvió a requerimiento de la Guardia Civil semanas más tarde. Sus explicaciones de por qué se lo había llevado fueron poco convincentes. Aún así, la tableta, que fue sometida a un intenso borrado, no ha sido analizada en profundidad hasta ahora. Según Efe, que cita fuentes de la investigación, ese rastreo informático tampoco habría arrojado luz sobre el paradero de Marta o sobre con quién mantuvo conversaciones Jorge Ignacio P. J. en aquellos días y si pidió ayuda para deshacerse del cuerpo y para buscar refugio durante los 21 días que permaneció oculto y huido de la Justicia.