Juan, el hombre con una discapacidad que supuestamente organizó el reto extremo en el un grupo de jóvenes que aspiraban a ganar 3.000 euros le cosieron los dedos de los pies, le sellaron los labios con pegamento rápido y le tatuaron un sujetador en el pecho y varios penes en la cara con su consentimiento, pretendía que ese ‘evento’ se realizase en València, pero, por fortuna, desechó la idea gracias a las restricciones sanitarias del Consell que impiden viajar a la C. Valenciana sin un motivo justificado desde el pasado 24 de octubre. Al menos en la segunda ocasión.

En la primera, que según el organizador estaba prevista para febrero de 2020, hace más de un año, supuestamente debía haberse celebrado en una nave industrial de Cheste. O al menos, eso es lo que él afirmó al grupo de jóvenes a los que intentó captar para lo que él anunció primero como un proyecto audiovisual para Youtube y que acabó derivando en un concurso para cambiar su aspecto.

Una de las jóvenes a las que trató de reclutar, Elizabeth, que desde el pasado jueves encabeza un movimiento cada vez más multitudinario en redes sociales como Twitter o Instagram para destapar quién es el organizador y qué tipo de acciones buscaba, guarda aún las conversaciones del grupo de Whatsapp que creó ese hombre y que atestiguan ese hecho. «Dijo que quería que fuese en València porque Mallorca se le quedaba pequeña y porque aquí conocía gente. Sin embargo, en octubre, cuando empezaron las restricciones fuertes otra vez, decidió que era mejor hacerlo en Mallorca», relata la joven, respecto al segundo intento, que es en el que ella se vio involucrada.

En octubre fue justo el momento en que acabó expulsándola por pedirle explicaciones, primero, y por no acceder a sus exigencias, después. Era su táctica. De hecho, prohibía a los concursantes echarse atrás: «Las palabras ‘me das pena’ o ‘estás segura’ [en referencia a él, como sujeto pasivo de las acciones], se eliminan. Quien las diga, será expulsada».

El traslado a Manacor

Pero ese reto, el segundo que había planeado realizar en València a finales del año pasado, se celebró finalmente en un chalé de Manacor (Mallorca), propiedad de la madre de una de las ‘concursantes’, ante el mantenimiento sine die del cierre de la C. Valenciana.

El primer intento, según Juan, fue organizado hace más de un año y debía celebrarse el primer fin de semana de febrero de 2020, los días 1 y 2. El encuentro iba a tener lugar en una nave industrial de Cheste que, según él, habían alquilado por 60 euros.

Elizabeth tiene en su poder varias capturas de pantalla de aquella conversación con su grupo —al parecer, mantenía varios grupos a la vez—, que se produjo el verano pasado, en las que se puede leer el contenido del ‘guión’ pactado por el organizador con sus supuestos concursantes. Juan se los envió a modo de ejemplo, para que se inspirasen a la hora de planear los retos extremos a los que debían someterle.

El padre lo internó 6 años en un piso tutelado en València

Tras los sucesos de Manacor, los familiares de Juan han rechazado hacerse cargo de él tras ser informados por la Policía de lo ocurrido. El hombre ha residido siempre con su abuela y su tío materno y entre 2012 y 2018 estuvo interno en un piso tutelado en València, autorizado por la Generalitat y especializado en atención psicosocial, por decisión de su padre, con quien no tiene contacto en la actualidad. Cuando regresó a la isla volvió a instalarse con su abuela y su tío en Palma. Acudió a una entidad privada para personas con discapacidad que se encargó de «orientarlo laboralmente», pero que abandonó hace porque, dice, no consiguió nada con ellos. Ahora, está residiendo en un hostal que paga, al parecer, un conocido suyo. Los servicios sociales de la isla afirman que «están estudiando» su caso. Marcos Ollés palma