Después de entrar a robar en una vivienda de València y ser sorprendido por su moradora, de 93 años, un ladrón «aprovechando la limitada capacidad de defensa de su víctima debido a su avanzada edad», arrastró a la nonagenaria hasta uno de los dormitorios de la casa, la arrojó sobre la cama y la agredió sexualmente. Así lo ha considerado probado la sentencia de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Valencia, que impone al condenado una pena de 17 años de prisión por los delitos de violación a víctima especialmente vulnerable y robo con violencia.

Por las lesiones que le provocó a la nonagenaria, como éstas fueron la mayor parte derivadas de la violación, principalmente las psicológicas, la Sala solo le impone una multa de 540 euros por la paliza previa a la agresión sexual al calificarlo de un delito leve de lesiones, eso sí, con la agravante de abuso de superioridad.

La Sala no ha apreciado ningún tipo de eximente o atenuante al considerar, en base a los informes forenses y la prueba practicada, que el ahora condenado era plenamente consciente de sus actos. Así, los forenses del Instituto de Medicina Legal de València descartaron que el acusado padezca un trastorno de la personalidad que afecte a su imputabilidad y «presenta una inteligencia y voluntad dentro de los límites de la normalidad».

Ramón T. S., de 36 años, reconoció en el juicio haber entrado en la vivienda y que la anciana lo sorprendió robando. Según su versión, le exigió dinero y empezó a forcejear con ella.

«Se me cruzaron los cables y pasó lo que pasó», se justificó diciendo que había ingerido muchas drogas y no había dormido nada. No obstante, la forma en la que accedió al inmueble y la agilidad mostrada para luego huir descolgándose por los cables del ascensor desde un segundo piso, indican que no estaba especialmente afectado por el alcohol o las drogas en el momento de los hechos.

La violación, de la que informó en su día Levante-EMV, ocurrió sobre las cinco de la tarde del día 7 de agosto de 2019 cuando el condenado accedió al interior de una finca de València tras fracturar el cristal de la puerta. Una vez en el rellano y desde una ventana de la escalera comunitaria que comunica con el patio interior, accedió a la ventana del domicilio de una mujer de 93 años. Cuando la dueña del piso regresó a casa y sorprendió al ladrón en el pasillo, éste comenzó a golpearla y le presionó la garganta.

El condenado se apoderó de 85 euros, pero pese a los ruegos de la anciana para que no le siguiera golpeando y se marchara, la arrastró hasta el dormitorio, donde la violó. Unos vecinos acudieron al escuchar los gritos de auxilio de la anciana. Tras perseguirlo por la calle, lo retuvieron con la ayuda de otros testigos hasta la llegada de la policía.