Y a la quinta, la sangre tiñó de rojo el camposanto. Una disputa entre dos familias enfrentadas desde hace años, y que ya habían protagonizado hasta otros cuatro incidentes resueltos a tiros en los últimos años se saldó ayer con un nuevo tiroteo en un cementerio de Torrent lleno de gente dada la festividad del día de Todos los Santos, y esta vez con dos víctimas mortales. Un hombre de 45 años del clan de ‘los Marco’ y un septuagenario, ajeno a estas violentas enemistades, que se encontraba visitando la tumba de su difunta esposa y que fue alcanzado en el costado por una bala perdida.

Un joven de veinte años, hijo del fallecido de 45, también resultó herido de bala en la pierna. Asimismo, habría un segundo herido, al parecer entre los propios autores de los disparos, ya que la policía halló un reguero de sangre hasta la puerta principal del cementerio. Algunos testigos apuntaron que vieron cómo lo subían a una furgoneta y se marchaban del lugar a toda prisa.

A los autores del tiroteo no pareció importarles que el camposanto estuviera literalmente acordonado por cerca de una docena de agentes de la Policía Local de Torrent, quienes con motivo del operativo de Todos los Santos estaban en las inmediaciones y controlando los accesos para evitar las aglomeraciones habituales de este día en el que todos se acuerdan al mismo tiempo de sus difuntos. Nada más escuchar las detonaciones, minutos antes de las 10:30 horas, varios de estos policías entraron inmediatamente en el interior del cementerio, unos por la puerta principal y otros por la lateral que da al tanatorio municipal.

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Conmoción en el cementerio de Torrent por la muerte de dos personas en un tiroteo Fernando Bustamante

No obstante, el autor o autores de los disparos aprovecharon la desbandada general y la confusión, fruto del pánico de los presentes, para huir sin ser vistos. La policía cerró rápidamente las puertas para evitar que nadie más pudiera salir del recinto santo y tomaron la filiación de todos los posibles testigos. Uno de ellos fue trasladado a dependencias policiales para tomarle declaración por su eventual implicación en lo ocurrido al presentar restos de sangre en la ropa.

La prioridad de los primeros policías que entraron al camposanto fue la de tratar de salvar la vida de los heridos por arma de fuego y de un ciudadano de 79 años, que se encontraba a unos veinte metros del lugar del tiroteo visitando la tumba de su mujer, y que en principio habría sufrido un infarto. Posteriormente se comprobó que este vecino de Torrent, identificado como José Luis P. M., también había sido alcanzado por una bala perdida en el costado. La autopsia determinará la causalidad del disparo en su fallecimiento.

Pese a los intentos de reanimación cardiopulmonar, el hombre de 45 años, Antonio G. G., también falleció como consecuencia de las dos heridas por arma de fuego que presentaba, una en el tórax y la otra en la espalda a la altura del omóplato. Su hijo, de veinte años, fue evacuado al Hospital General de València con una herida de bala en la pierna con orificio de entrada y de salida. Junto a ellos estaban presentes en el momento del tiroteo la mujer y el padre del fallecido, a quienes la policía tomó declaración ayer como testigos de lo ocurrido para tratar de esclarecer el móvil de esta disputa. Las primeras pesquisas apuntan a un miembro del clan de ‘los Bocanegra’, apodado ‘el Bobo’, hijo de los uno de los heridos en el tiroteo de febrero de 2016, que habría huido junto a otros familiares.

La policía inmovilizó en la calle Llíria de Torrent una furgoneta Ford Transit que algunos testigos sitúan como el vehículo en el que huyeron los sospechosos. El arma utilizada en el tiroteo, del calibre 9 mm. corto, no ha podido ser localizada.