Casi 2.500 euros —incluidos unos euros de propina— es el botín con que se han hecho unos ladrones que, a caballo entre la estafa del CEO y la extorsión telefónica exprés, lograron que una empleada de una tienda consintiera la apertura de la caja fuerte con una radial y les enviase después el dinero realizando transferencias desde varios cajeros de la ciudad.

La delirante estafa fue cometida en una tienda de complementos franquiciada de un centro comercial de València el pasado 24 de noviembre. Ese día, sobre las dos y media de la tarde y cuando al frente de la tienda estaba sola la empleada, de 21 años y que llevaba trabajando en ese establecimiento poco más de tres semanas, un desconocido la llamó y le informó de que había ciertos paquetes en una empresa de mensajería que debían entregarles, pero que antes debían pagar unas facturas pendientes. La joven respondió que no disponía de ese dinero en la caja registradora y tampoco de llave de la caja fuerte.

Aplicando la táctica del timo del CEO, el estafador le respondió que eso no suponía un problema, ya que le iba a enviar un cerrajero que abriría la caja fuerte con una sierra radial, y que no se preocupase porque su encargada estaba al tanto y en conversación telefónica con él para ir aceptando cada paso en tiempo real.

Al poco llegó el ‘cerrajero’ quien en apenas unos minutos, reventó la caja fuerte. El estruendo y el polvo hicieron saltar las alarmas, lo que hizo que acudiera el personal de seguridad del centro comercial, que no llegó a intervenir porque la empleada les explicó que contaban con su permiso, ya que no localizaba la llave.

Finalizado el trabajo, el falso operario cobró su labor y exigió incluso una propina, por lo que la chica le dio casi 300 euros de la caja. A continuación, y siguiendo las órdenes de su interlocutor, metió el dinero —más de 4.000 euros— de la caja fuerte en una bolsa, cerró la tienda y se fue al cajero del centro comercial para enviárselo por transferencia a la cuenta indicada. Cuando la máquina se bloqueó porque no aceptaba más dinero, la convenció de cruzar la ciudad y seguir enviando el dinero desde otros cajeros.

Para entonces, la responsable del establecimiento ya la buscaba, al ver la tienda cerrada y encontrarse la caja abierta de par en par. Fue entonces, ante las insistentes llamadas y los mensajes de su jefa, cuando la empleada empezó a atisbar que todo había sido un montaje para desvalijar la tienda con su incauta colaboración. El robo ya ha sido denunciado a la Policía Nacional, que busca ahora a los ladrones y trata de averiguar si conocían de antemano a la chica y la tenían vigilada.