Una testigo del ataque racista que sufrieron los propietarios de una frutería de Benicalap el pasado 2 de abril ratificó en el juzgado el carácter xenófobo de la agresión, ya que asegura que a la pareja propietaria del negocio les gritaron «moro de mierda vete a tu país», «qué haces follándote a un moro», mientras les atacaban y les tiraban la fruta. El juzgado de instrucción n.º 18 de València investiga a tres jóvenes por delito de odio, a raíz de las denuncias presentadas por las víctimas cuya representación legal ejerce València Acull-Red Acoge.

A primera hora de la mañana del 2 de abril, M. C. escuchó jaleo en la calle y se asomó al balcón que da a la frutería de debajo de su casa. Según explica el comunicado de València Acull que recoge el testimonio, «a la pareja propietaria los conoce de vista: él es paquistaní y ella valenciana». Vio a «tres o cuatro chicos en la esquina alterados y lo siguiente que recuerda son gritos y naranjas volando», según se recoge en la declaración judicial del 25 de noviembre.

La testigo también explicó al juez, recoge la declaración, que el dueño de la frutería les recriminó lo que estaban haciendo «y se pusieron más nerviosos, salvo uno de ellos que no recuerda si intentaba mediar o se mantenía al margen». Lo cierto es que oyó que le gritaban «moro de mierda vete a tu país» y arrojaron varias cajas de fruta al suelo. Además, afirmó que los agresores atacaron tanto al hombre como a la mujer, a quien le espetaron «qué haces follándote a un moro».

Investigación

Este testimonio coincide con los hechos descritos por las víctimas tras la agresión. La pareja propietaria aseguró que los tres jóvenes entraron en la tienda, empezaron a manosear y a arrojar al suelo las frutas y verduras, y cuando les llamaron la atención, les golpearon e insultaron: «¡Calla puta, que te folla un moro! ¡Tú estás con el moro, puta guarra!» y otros insultos similares «que no recuerdo con precisión dado lo alterada que estaba en medio de esta situación», explicó la testigo en el juzgado.

El dueño trató de calmarles, pero entre los tres jóvenes comenzaron a darle puñetazos en la cabeza y la cara. Tanto él como ella sufrieron policontusiones. En la denuncia, además de detallar los golpes y los insultos, también se da cuenta de los 400 kilos de frutas y verduras destruidas por valor de más de 600 euros.