Deplorable. Es el adjetivo con el que el portavoz de la familia de Pablo Sierra, Joaquín Amills, describe los rumores que se vienen difundiendo sobre el hallazgo del cuerpo sin vida del joven desaparecido. "Parece mentira que en los tiempos que estamos y después de que hemos intentado sensibilizar ante el dolor que sufren las familias, salgan a los medios noticias sin contrastar", manifiesta a este periódico.

Anoche, tras la publicación de una información falsa por parte de un medio nacional, la familia, "ante el dolor de esos momentos", se puso rápidamente en contacto con la Policía Nacional, que desmintió los hechos. Poco después, la Delegación del Gobierno en Extremadura escribió un tuit también para negarlos. "En ningún momento se han puesto en la piel de la familia y lo que significa ese golpe al leerlo", afirma sobre quienes dan veracidad a esas noticias y las publican. "No aportan nada y solamente generan incertidumbre y dudas. Es absurdo", añade.

En ese sentido, Amllis destaca que ese y otro tipo de informaciones no solo hacen daño a los seres queridos de Pablo, sino que, además, "pueden interferir en la investigación, le hacen flaco favor". El jueves al mediodía, el Juzgado de Instrucción número 3 de Badajoz decretó el secreto de sumario de las actuaciones, algo "normal" en este tipo de casos, según el portavoz: "Favorece y protege el trabajo de la policía". Para ello, recalca que "tenemos que centrarnos en difundir la imagen de Pablo, que lleva desaparecido desde el día 2 y que cualquier información relevante que haya puede conducirnos a encontrarlo".

Para reforzar más esta idea, el que también ejerce como presidente de la asociación SOS Desaparecidos ha emitido un comunicado denunciando lo ocurrido anoche: "Es difícil de entender que el sensacionalismo, el ser los primeros en dar una noticia, o el vender más, estén por encima de contrastar la información debidamente, sin hacerse cargo ni por un segundo del daño que hacen a los familiares, amigos, a la credibilidad de los medios y a los cuerpos de seguridad del Estado".

En el documento, no obstante, se matiza que "por suerte, esa parte de profesionales son minoría en esta loable profesión, y es de agradecer los medios que hacen de su trabajo la información real, transmitiendo datos relevantes y contrastados, siempre con el máximo respeto al dolor de los familiares". Por eso, apela a la responsabilidad y profesionalidad de los periodistas "para tratar un tema tan delicado y doloroso para la familia". Amills asegura que, aunque cada hora que pasa es más dura, esta continúa con esperanzas de que Pablo aparezca "sano" pronto: "Están con la fe puesta en los cuerpos de seguridad del Estado. Agradecen el trabajo que están haciendo y confían en que dé resultado".