Un exjefe de explosivos de la Guardia Civil tenía un polvorín en pleno centro de Paiporta

El teniente coronel en la reserva y su hijo, administrador de la empresa pirotécnica, se enfrentan a dos años de cárcel

Bajo de Paiporta en el que se almacenaba el material pirotécnico.

Bajo de Paiporta en el que se almacenaba el material pirotécnico. / Levante-EMV

I. Cabanes

En pleno casco urbano de Paiporta, en un bajo de un bloque de viviendas, sin ningún tipo de medidas de seguridad necesarias para la conservación o manipulación de material pirotécnico. Allí almacenaban un teniente coronel en la reserva -que fue jefe de la Unidad de Intervención de Armas y Explosivos de la Guardia Civil entre 2007 y 2009 – y su hijo gran cantidad de productos calificados como pirotécnicos de tipo P2. Cuando en diciembre de 2020 los agentes realizaron el registro del citado local, en el suelo se halló gran cantidad de mezcla explosiva esparcida, mucha humedad y polvo en suspensión, lo que, “en caso de chispa, llama o fricción, podría haber provocado la explosión del producto con graves consecuencias para las personas”, según remarca el Ministerio Fiscal sobre la peligrosidad de este auténtico polvorín en el centro de Paiporta.

La Fiscalía solicita para este mando de la Guardia Civil en la reserva y su hijo, experto en manejo de artefactos pirotécnicos, penas de dos años de prisión por un delito de riesgo por materias que pueden causar estragos recogido en el artículo 348.1 del Código Penal.

El juicio contra ambos acusados estaba señalado este miércoles en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de València pero finalmente ha tenido que ser aplazado por los problemas de salud de uno de los acusados y la presentación a última hora de nuevas pruebas periciales.

Según el escrito del fiscal, los acusados, puestos de común acuerdo efectuaban en una pirotecnia las mezclas de materias primas y, una vez realizadas, trasladaban la sustancia elaborada en bidones metálicos hasta un local de Paiporta, en el bajo de un bloque de viviendas en pleno casco urbano sin medidas y condiciones de seguridad.

En ese bajo ambos manipulaban y almacenaban la sustancia elaborada y, posteriormente, fabricaban los productos calificados como artefactos pirotécnicos tipo P2. En concreto, confeccionaban las cargas expansores de gasas compuestas de tubos de cartón o PVC, según calibre, tapones de plásticos, inflamadores eléctricos, estopín enfundado y carga explosiva.

Un bajo rodeado de viviendas

El local se hallaba ubicado en la calle Maestro Serrano, en un bajo rodeado de viviendas por todos sus francos, en la parte superior y en sus laterales, frente a un parque público, y en una transitada arteria de la localidad de Paiporta.

La entrada y registro practicado en el local el 3 de diciembre de 2020 por parte de los agentes encargados de esta investigación permitió la intervención de gran cantidad de producto elaborado y de material confeccionado para cargas.

Los productos, usados en obra civil para el rompimiento de roca, hormigón o materiales similares, estaban almacenados sin las medidas de seguridad adecuadas para su peligrosidad.

En concreto, tal y como detalla el ministerio público en su escrito, existía un riesgo «potencial» de explosión como consecuencia de posibles incendios en el local en el que se almacenaba, ya que fueron incautadas numerosas cajas de cartón que contenían gran número de cápsulas del producto terminado, algunas de ellas de gran tamaño, así como varios recipientes con la sustancia a granel, «máxime si se tiene en cuenta que se hallaban almacenados junto a una gran cantidad de material combustible, como plásticos y embalajes de cartón para montar».

Y apostilla el fiscal: «Existía riesgo derivado de manipulación y almacenamiento de sustancia extremadamente volátiles como el magnesio. Cuando partículas de este tipo de sustancias se combinan con el aire, se puede llegar a formar atmósferas explosivas, altamente inflamables, que pueden iniciarse por la simple acción de una chispa o fuente de calor, produciéndose una explosión».